Sonrisas que cambian vidas
Dos amigas en el supermercado, una niña haciendo bizcos y una pareja en un parque, todos con una bolsa de frituras sobre sus rostros, son algunas de las fotografías compartidas en redes sociales para la campaña “Sabritas Sonrisas”, la cual pretende que la gente se sume al apoyo de niños con labio y paladar hendido.
Este proyecto es parte de la estrategia de responsabilidad social de Sabritas y Fundación Pepsico junto con la organización Operation Smile, alianza que ha permitido ayudar a 150 personas con este padecimiento desde su implementación en 2015.
Para promocionar esta campaña, Sabritas involucró a los consumidores con la finalidad de llegar a más personas y originar un tráfico orgánico del proyecto. La dinámica se originó principalmente en redes sociales, donde los usuarios subían selfies con los empaques de Sabritas y cada “Me gusta” logrado servía para contribuir a la donación de la marca.
Isaías Martínez, vicepresidente senior de la Unidad de Botanas en Sabritas, explica que se decidió apoyar a Operation Smile porque tenía sentido desde el punto de vista del branding, de la ayuda a las comunidades y porque el apoyo llega a personas de todos los niveles y lugares, como ocurre con los productos de la compañía.
“La estrategia hace todo el sentido del mundo en el caso de Sabritas, pues la gente nos recuerda porque somos la ‘carita feliz’ y no había nada con alguien que verdaderamente se dedicaba a transformar vidas haciendo sonreír a la gente”, comenta Martínez.
Una operación para tratar el labio y paladar hendido tiene un valor entre los MN$50,000 y MN$70,000, costo poco accesible para los pacientes, según explicó Benjamín Mijangos, Director de Operation Smile en México. Además, uno de cada 750 bebés nace anualmente en el país con este padecimiento, según la organización.
Para 2018, Sabritas dio a conocer que apoyará con MN$1,000,000 para el tratamiento de 100 pacientes, cantidad que será destinada en evaluaciones de salud, insumos para los procedimientos quirúrgicos y terapia de lenguaje.
“Cada que nosotros entregamos y regresamos a la comunidad lo mucho que nos dan, la comunidad regresa con nosotros y se convierte en un proceso donde nos entretejemos de manera positiva y como un agente de cambio”, concluye Martínez.
