MARCA DONALD TRUMP
Por Isabel Blasco Ramos – CEO Regional de Brandsight
Es bien sabido que muchas veces utilizamos la analogía de que las marcas son como las personas, cuando las desmenuzamos, analizamos y comparamos con nosotros.
Imagínate que la marca “Y” (por no mencionar “X”) fuese una persona: con un nombre, una identidad visual, verbal y con un territorio de expresión; es decir, cómo luce físicamente, cómo se comunica, su personalidad, y su manera de expresarse a través de diferentes puntos de contacto, entre otros aspectos.
Pues ahora vamos a ver el caso a la inversa: las personas somos como las marcas, y voy a ilustrarlo con el ejemplo de una persona que todos conocemos: Donald Trump.
Con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América el próximo lunes, 20 de enero, se oficializa su liderazgo político no solo en E.U., sino que además se posiciona como líder global al ser su país la primera potencia mundial, tal como lo fueron sus antecesores en tan magno cargo. E.U. es un referente, el país al que todo Occidente mira y muchos admiran.
Como brandóloga que soy, quiero aprovechar esta efeméride para, de una manera ágil, no muy metodológica, poco purista y muy sencilla, hablar de la marca Donald Trump. DT a partir de ahora.
DT siempre ha sido una marca Top of Mind, con sus altibajos, como todas las marcas a las que nunca se les discutiría su liderazgo. Se hizo famoso como millonario, empresario, personaje televisivo y socialité neoyorquina.
Marca que al llegar en el año 2017 a su primera presidencia adquirió una importancia y relevancia elevadísimas que, por razones obvias, antes no tuvo. Esta posición catapultó a la marca DT al estrellato definitivo. El poder, la proyección e influencia omnipotente le llegaron con la presidencia de E.U.
Su salida en 2021 fue controversial al no ser reelegido como presidente. A pesar de eso, DT
se mantuvo súper presente, muy activo, irreverente, y crítico durante la presidencia de su sucesor. Nunca dejó de ser relevante ni de ser querido por sus allegados y votantes. Constantemente presente en los medios y en la actualidad política.
Ahora regresa al poder, como no podía ser de otra manera, como 47º presidente de E.U., persistencia y consistencia de marca hasta alcanzar sus objetivos.
En cuanto a identidad y expresión de DT, destaca su bronceado artificial de color naranja y su cabello rubio, peinado de una manera muy particular para no mostrar su calvicie – ¿o quizás porque así le gusta? – El gesto de sus manos juntando los dedos índice y pulgar. Su baile característico con la canción YMCA de Village People en sus apariciones públicas. Baseball cap con el lema MAGA. Sus bromas y exageraciones al hablar. Es divertido; te hace reír, te guste o no DT.
Vuelve como una marca muy robusta; aunque ya lo fue en su primera presidencia, ahora se reafirma “cum laude”. Poderosísima y con millones de seguidores fieles. Controversial por definición, muy disruptiva y hasta un poco decadente. Todos estos atributos son parte de su personalidad; están en su esencia, en su ADN.
De la misma manera, cuenta con millones de haters. Lo que es seguro es que DT no deja a nadie indiferente: o lo amas o lo odias.
Retador, impulsivo, divertido, descarado, atrevido, soberbio, poco honesto muchas veces, muy directo y, sobre todo, políticamente incorrecto. Absolutamente fuera de los cánones: mentiroso, misógino, racista, tramposo, manipulador y negacionista sobre todo del cambio climático. La marca Trump vende mucho siendo como es y diciendo lo que piensa.
Con esos valores y sin pasar por ningún tipo de filtro, así se manifiesta en todas sus plataformas de comunicación y puntos de contacto, de una manera muy consistente: discursos, medios, políticos, negocios, votantes, amistades, etc.
En cuanto a alianzas estratégicas, DT tiene las más importantes: los multimillonarios dueños de las empresas tecnológicas y los medios digitales. Poder supremo y contacto directo con las masas en un clic.
Objetivos de la marca DT: MAGA y protagonismo absoluto en la política y poder económico global. Deberemos dejar pasar el tiempo para medir si estos objetivos se cumplen, es muy difícil predecirlo ahora.
Por último, y para concluir esta analogía, también necesitaremos tiempo para saber si este relanzamiento de la marca DT es solo un refresh de lo que fue en 2017 o un full rebranding. Time will tell.
