Tres claves para tener un sano regreso a clases
En México el 63% de niños y niñas entre tres y cinco años de edad acuden a la guardería, y el regreso a clases puede, en ocasiones, aumentar la posibilidad de que se contagien de algunas enfermedades causadas por bacterias y virus. Se estima que la mayoría de los niños que están en una guardería y en la escuela pueden presentar de ocho a 12 resfriados al año. Así lo asegura la farmacéutica Pfizer, quien comparte tres claves para tener un sano regreso a clases:
1.- Alimentación: Una buena alimentación se basa en una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular el cual es un elemento fundamental de la buena salud. Si un niño no recibe los suficientes nutrientes puede tener alteraciones en su sistema inmunológico, hacerlo vulnerable a enfermedades infecciosas y alterar el desarrollo físico, intelectual y social, así como disminuir su rendimiento escolar por ausencia.
Por eso es importante incluir en la dieta, una variedad de alimentos y refrigerios saludables así como tomar abundante agua.
2.- Higiene: Los niños pequeños que comienzan a ir a una guardería son más vulnerables a contraer enfermedades infecciosas debido a que por primera vez están expuestos a ciertos gérmenes. Lavarse las manos constantemente previene un alto porcentaje de estas enfermedades. También es importante limpiar las superficies u objetos que tocan los niños ya que pueden frotarse los ojos, la nariz o llevar los dedos a la boca y ocasionar una infección.
Por otro lado, la limpieza en las prendas de vestir es fundamental para evitar contagio de alguna enfermedad. La resistencia de las bacterias no es similar a la de los virus por eso es recomendable el uso de cloro, además de evitar compartir con otras personas las prendas de uso personal particularmente los que pueden estar expuestos de manera constante a los fluidos de la boca y nariz como chamarras, gorros, guantes, entre otros.
3.- Vacunación: Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias de mayor beneficio ya que protegen a los niños contra el riesgo de muerte de las principales enfermedades infantiles, e incluso -a largo plazo-, pueden erradicar una enfermedad en un determinado país.
Las vacunas provocan la generación de defensas (anticuerpos) que actúan protegiéndoles ante futuros contactos con los agentes infecciosos contra los que nos vacunamos, evitando la infección o la enfermedad, además cada vez son más seguras y presentan menos eventos adversos.
Una de las principales enfermedades infecciosas que los niños fácilmente pueden contraer es la neumonía por neumococo, principal causa de muerte prevenible a través de la vacunación en niños menores de 5 años. Esta enfermedad ocasiona alrededor de 800,000 muertes al año a nivel mundial.
Por esta razón es importante que los niños cuenten con un esquema completo de vacunación. La cobertura de inmunización en el sector salud abarca 3 dosis de vacunas para neumonía, a los 2, 4 y 12 meses de edad; sin embargo, la protección es mayor si se complementan los esquemas, por lo que se recomienda un esquema de 4 dosis A los 2, 4, 6 y 12 meses de edad.
Existen vacunas que ayudan a completar los esquemas de vacunación en distintas etapas de la vida al contener serotipos adicionales, lo que ayudará a proteger no sólo a las personas vacunadas sino a las personas que viven en su entorno.
En ese sentido, cabe señalar que las personas que están al cuidado de los niños también deberán estar protegidos para evitar contagios. Los abuelos al estar en contacto con los menores, son propensos a contraer este tipo de enfermedades, por ello es importante que también cuenten con un esquema de vacunación completo.