Stellantis, el gigante empeñado en lograr el aerotaxi

La fusión de FCA (Fiat Chrysler Automobiles) y el grupo francés PSA para crear Stellantis conforma una de las firmas de automóviles más importantes del mundo, ya que el nuevo gigante del motor -nuevo porque nació este mismo enero- cuenta en su haber con marcas tan importantes como Fiat, Peugeot, Citröen, Opel o Alfa Romeo, pero además tiene interesantes proyectos a futuro, como por ejemplo el taxi aéreo, el cual a buen seguro dará mucho que hablar los próximos años.

La fusión de FCA (Fiat Chrysler Automobiles) y el grupo francés PSA para crear Stellantis conforma una de las firmas de automóviles más importantes del mundo, ya que el nuevo gigante del motor -nuevo porque nació este mismo enero- cuenta en su haber con marcas tan importantes como Fiat, Peugeot, Citröen, Opel o Alfa Romeo, pero además tiene interesantes proyectos a futuro, como por ejemplo el taxi aéreo, el cual a buen seguro dará mucho que hablar los próximos años.
Imagen: Aerotaxi, Depositphotos

Una solución rápida, eco-sostenible, segura y sobre todo rentable

 La idea del taxi aéreo viene rondando el imaginario colectivo prácticamente desde que el automóvil se generalizó en nuestras sociedades, aunque el concepto actualmente consiste en un pequeño avión para que unos pocos pasajeros puedan recorrer rápidamente cortas distancias más que en ciudades llenas de coches voladores tan típicos de la ciencia ficción más pulp.

La iniciativa del grupo Stellantis consistiría en una flota de aeronaves completamente eléctricas de despegue y aterrizaje vertical, los cuales podrían recorrer distancias de hasta 60 millas (algo más de 96 kilómetros) a una velocidad de 150 MPH, millas por hora (cerca de 240 kilómetros por hora). Este 2021 debería ser testigo de los primeros diseños del aeromóvil, los cuales comenzarán a funcionar a partir de 2023. Estos movimientos para tomar la iniciativa en este sector del transporte de pasajeros todavía por explotar adecuadamente parecen haber sido del agrado de los mercados, y quién hace un año se decidiese por invertir en acciones de las compañías que ahora forman Stellantis habrán visto que su inversión ha crecido bastante más de un cien por cien.

Para llevar a buen puerto el desarrollo, la compañía automovilística se ha asociado con la startup de Silicon Valley Archer Aviation, con lo que la empresa californiana ha logrado un poderoso socio en su empeño de lograr un taxi aéreo rentable y que ofrezca un servicio mucho más cómodo y silencioso que los actuales helicópteros. De lograr llevar a buen puerto los esfuerzos es probable que Stellantis vea como sus cotizaciones siguen subiendo en los parqués bursátiles, en caso contrario puede que estas se resientan.

Y no es para menos, ya que el sector de los vehículos aéreos, ya sean estos autónomos o con piloto, se encuentren estos dedicados al reparto de mercancías (Amazon lleva tiempo interesada en la creación de una flotilla de drones, la cual gracias al avance de las IAs capaces de pilotar estos vehículos y el avance en la tecnología de geolocalización facilitará y abaratará enormemente la logística del sector de los transportes) o al transporte de seres humanos, está en el punto de mira de empresas que ya revolucionaron este sector como Uber.

Según Morgan Stanley, este mercado podría mover en apenas un par de décadas hasta un billón y medio de dólares, un pastel lo suficientemente suculento para que grandes compañías empeñen importantes recursos actualmente, pero ¿están las acciones demasiado caras para que entren los inversores? ¿existen otros medios de especular/invertir con las acciones de estas compañías?

¿Acciones demasiado caras para entrar?

La verdad es que responder a esta pregunta es muy difícil, ya que la carestía o no de un activo viene determinado tanto por el poder adquisitivo del inversor como por las perspectivas futuras, ya que si un activo “X” valía 1 y ahora vale 10 puede parecer demasiado caro, pero ¿y si llega a valer 100 o 1000? ¿seguirá siendo caro? Aunque claro, nada asegura que el valor suba o tan siquiera se mantenga, y precisamente en esa volatilidad de los mercados se basan otras formas de operar, como el trading con CFDs por ejemplo, donde las plataformas de los brókeres actúan como creadores de mercados no regulados, un trader puede operar indistintamente en mercados alcistas o bajistas, tratando de utilizar a su favor el apalancamiento, algo que sin embargo puede volverse rápidamente en su contra, ya que en caso de fallar, las pérdidas pueden ser bastante elevadas.

En cualquier caso, para aquel inversor que considere que le conviene más el trading de acciones que la inversión en bolsa lo mejor es revisar multitud de reseñas de brókeres regulados, ya que es necesario sopesar multitud de puntos a favor y en contra, y estas reseñas pueden facilitar mucho el trabajo.

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