El papel de las nuevas tecnologías en la gestión de Propiedad Intelectual
Por: José Miguel Mena*
Atrás quedaron los tiempos en los que el valor de las empresas pendía de sus mobiliarios, maquinarias, oficinas, fábricas o terrenos; de hecho, desde mediados de la década de los 90’s, los activos intangibles empezaron a jugar un papel mucho más relevante para los negocios, dejando claro que el vertiginoso avance tecnológico traía aparejada la ruptura del paradigma económico tradicional en donde los activos tangibles eran el pilar de los negocios, potenciando así el impacto económico de los activos intangibles en cualquier industria… y luego vino el 2020.
Efectivamente, a raíz de la pandemia, las nuevas tecnologías fueron el eje rector de la continuidad, e incluso, del crecimiento de muchas compañías, incrementando aún más la importancia y valor de los activos intangibles. Se estima que el valor de total de los intangibles a nivel mundial durante 2020 ascendió a más de US$65 millardos(1); mientras que, en países con alto desarrollo tecnológico -como EUA- éstos alcanzaron un valor de hasta 90% respecto del valor total de las empresas(2), cifras récord que dejan en evidencia la necesidad de proteger y gestionar este tipo de activos.
Dentro de los activos intangibles tenemos a los derechos de propiedad intelectual e industrial (“PI”), tales como las marcas, patentes, derechos de autor y secretos industriales, entre otros. Estos derechos pueden ser la herramienta más importante de diferenciación, competitividad, expansión, financiación y monetización para todas las compañías, siempre que sean gestionados correctamente y sean alineados a los objetivos de la empresa.
Una adecuada gestión de la PI debe tener un doble enfoque: por un lado, un “enfoque externo” que comprende estrategias de protección, explotación, litigio y licenciamiento de los derechos de PI; y, por otro lado, el “enfoque interno” consistente en la creación de políticas, valoración de los intangibles, auditorías periódicas, formación interna y promoción de la creatividad e innovación mediante incentivos. Solo logrando la integración y coordinación de ambos enfoques, y de sus respectivas actividades, permitirá concretar una estrategia encaminada a mantener una ventaja competitiva y, al mismo tiempo, optimizar todos los recursos de la compañía para el logro de sus objetivos.
Aquí es donde las nuevas tecnologías incorporadas en la gestión de los derechos de PI, o mejor conocido como “IP TECH”, juega un papel fundamental, pues expanden la visión de la empresa al momento de determinar una estrategia, además de facilitar, eficientar, automatizar y maximizar los procesos de análisis y de toma de decisiones, asegurando que cada decisión sea ejecutada rápida y correctamente.
La Inteligencia Artificial [IA], por ejemplo, puede utilizarse ya sea para analizar estadísticamente la probabilidad de éxito de un procedimiento litigioso, para optimizar una cartera de PI, para redactar solicitudes de patentes o para identificar potenciales licenciatarios en otras industrias y mercados. Incluso, las plataformas impulsadas por IA y Machine learning, como las herramientas de brand protection, permiten que las empresas puedan monitorear y defender sus marcas y derechos de autor en internet de manera muy sencilla.
Por otro lado, tecnologías como el blokchain pueden ser utilizadas para proteger, de manera inmediata y segura, los derechos de PI, tales como: secretos industriales y derechos de autor. Aunado, esta tecnología también permite crear y almacenar los famosos “smart contracts” -o contratos inteligentes- con el fin de automatizar los pagos de regalías o licencias, eliminado así la intermediación innecesaria y las dificultades por interpretación, que generalmente implica un contrato físico.
Si la PI es el motor de la innovación, resultaría consecuente que la gestión de este tipo de derechos requiera gran adaptabilidad a los rápidos avances tecnológicos y la implementación de tecnologías disruptivas para su optimización. Solo mediante una correcta gestión de la PI, las empresas podrán materializar una estrategia enfocada al desarrollo de valor agregado para lograr y blindar su ventaja competitiva sobre sus competidores y, en consecuencia, alcanzar cada uno de los objetivos que se hayan trazado para el crecimiento y expansión de la organización.
*Jose Miguel Mena es director de Servicios Jurídicos de ClarkeModet México
(1) https://brandfinance.com/insights/intangible-value-hits-all-time-high#:~:text=Despite%20a%20turbulent%20year%2C%20global,companies%20by%20total%20intangible%20value.
(2) https://www.visualcapitalist.com/the-soaring-value-of-intangible-assets-in-the-sp-500/