El amor al consumo

No bien acaba de pasar el Buen Fin cuando ya estamos listos para realizar nuestras compras navideñas

Por Mae. María Teresa Caso Bringas, Académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana

Regalo
Imagen: Pixabay

Tiendas repletas, compra de productos en línea, comercios que empezaron a vender sus productos con descuentos antes del tan esperado Buen Fin.  Noviembre, un mes en el que la crisis parece no existir.  “A sacar las tarjetas de crédito”, no tengo dinero, pero total, tienen meses sin intereses, dicen algunos.

De lo que mucha gente no se ha percatado es que: los meses sin interese no desaparecen hasta terminar de pagar y a estos gastos se suman los gastos fijos de cada mes y, en una semana más, iniciaremos con las ventas navideñas, los festejos, gastos desproporcionados y vacaciones, que se acumulan a los meses sin intereses que realizamos los meses anteriores hasta alcanzar cifras impagables, luego, la cuesta de enero y las casas de empeño empiezan a recibir prendas y cobrando unos intereses altísimos.

Endeudados, habiendo dejado las prendas en la casa de empeño, sin manera de recuperarlas o pagando el refrendo correspondiente, habrá que viajar con la familia a alguna playa en Semana Santa.  Ya para entonces, ya le llega el agua al cuello al consumidor. Pero viene el regreso a la escuela y en unos meses más, volvemos otra vez al tan esperado “Buen Fin”

El consumismo es un fenómeno que nos impacta a todos. La publicidad nos invita a pasar de lo necesario a lo deseable y eso es bueno, pero puede afectar en gran medida si no se toma conciencia.  Las novedades, el estar al día con la tecnología y las marcas afectan los bolsillos de los consumidores.

Pero vivimos en una sociedad de consumo, y esto, no es del todo malo.   Al estimular el consumo, la economía crece, la competencia hace que el consumidor tenga libertad de elección, se beneficie con productos de mejor calidad, incentiva la producción, promueve la sana competencia de las marcas y disminuye el desempleo entre muchos otros factores favorables.

Para las empresas, no importa cuán exitosas sean, necesitan encontrar momentos para impulsar sus ventas, mover sus viejos inventarios y renovar su producción.  Esto, para la economía, es positivo

Pero… como mencionamos anteriormente, también tiene su parte negativa. El consumidor muchas veces gasta más de lo que gana y muchos de ellos por el ideal de alcanzar un estatus social.   Sin embargo, el consumismo no proporciona satisfacción. O quizás una satisfacción momentánea pero no duradera pues se está promoviendo un materialismo a través del consumismo.

Ya sea un beneficio, o no, seguiremos siendo fieles a nuestras marcas y gozando de las novedades, aprovechando las ofertas, pero….  De una manera responsable.

Hay que recordar que las tarjetas no se pagan solas y es importante vivir dentro de cierto presupuesto. 

Y usted, ¿puede apoyar a alguien para que maneje su crédito con responsabilidad?