El entorno sin cookies plantea desafíos al marketing digital. La clave radica en aprovechar datos de primera mano mediante inteligencia artificial, optimizando campañas con precisión y eficiencia. Estas tecnologías personalizan experiencias, maximizan el retorno publicitario y preservan la privacidad al usar datos contextuales, ayudando a las empresas a superar a la competencia en un mercado saturado.