Moda sustentable, ¿tendencia o necesidad?

Moda sustentable
Foto por petrmalinak / Shutterstock

La reducción de costos y la mayor cantidad de oferta han incrementado el consumo de ropa. Sin embargo, la escasez de recursos está cambiando la industria de la moda y haciendo que las compañías migren de un modelo de negocios lineal, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, a uno circular, el cual permite generar un impacto positivo tanto para las comunidades y el medio ambiente como para la economía de las empresas.

Es por eso que hoy en día diferentes jugadores de la industria de la moda buscan reducir al mínimo la generación de residuos, además reutilizar y reciclar materiales todas las veces que sea posible. Esto con el propósito de extender el ciclo de vida de los productos y disminuir el impacto ambiental.

“En México, tiramos tres kilos de ropa por persona al año, esto equivale a un total de 360 millones de kilos al año –tomando en cuenta que en el país hay cerca de 120 millones de habitantes– y solo recuperamos 15 gramos”, explica Eleazar Guevara, fundador de Novabori, una empresa dedicada a la fabricación de textiles sustentables.

La moda sustentable comienza abrirse en México y con ello también lo hace la prosperidad de las comunidades, los trabajadores, sus familias y el medio ambiente. Aún falta un largo camino por recorrer y muchos actores por  comprometerse a mejorar la manera en la que están generando sus productos.

Uno de los principales retos de la moda sustentable ha sido posicionarse en el mercado mexicano, ya que los consumidores cuestionan los costos, materiales, la calidad, etc. Es por eso que para lograr que este modelo funcione se ha invitado a los consumidores a estar informados para que consuman de manera consciente: no se trata de dejar de consumir, sino hacerlo de forma responsable.

Patricia Barroso, gerente de alianzas globales, voluntariado y comunicación en Fundación C&A, explicó durante un congreso de moda sustentable que “es momento de que las empresas comiencen a ver hacia atrás en sus líneas de producción y se responsabilicen también de la manera en la que están haciendo negocios, con una cadena de producción y proveeduría que no dañen al medio ambiente ni vulneren los derechos humanos”.

De ahora en adelante te invito a hacerte la pregunta ¿en dónde va a terminar mi ropa?  Y dale la mayor extensión posible.

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Revista NEO 297

 


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