Dado que nuestra manera de relacionarnos con las finanzas no depende de nuestras características demográficas o de la generación en la que hayamos nacido, sino del momento de vida que estemos atravesando y el nivel de conocimiento o madurez financiera que hayamos alcanzado con los recursos que tenemos en nuestro entorno.
La penetración del comercio electrónico como forma de consumo ha aumentado las expectativas de los consumidores obligando a los negocios a acelerar sus tiempos de entrega y buscar una mayor sostenibilidad que les permita mantenerse competitivos. Para lograrlo, es importante que los negocios encuentren maneras de eficientar sus propios procesos para que puedan garantizar una experiencia de compra favorable.