Programas de Salud Mental, prioritarios para el bienestar social y del país
El próximo 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo lema es “Nuestro Planeta, Nuestra Salud”. En México, menos del 20% de quienes sufren un trastorno afectivo o emocional buscan algún tipo de ayuda, tardan hasta 14 años en hacerlo, derivando en ser estigmatizados. Y al buscar ayuda sólo el 50% recibe el tratamiento mínimo adecuado.
De acuerdo con la Primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2021 del INEGI, 15.4% de la población reportó haber tenido síntomas de depresión, sin embargo, entre las mujeres la proporción es un tanto más alta, alcanzando 19.5% con síntomas depresivos. En lo referente a síntomas de ansiedad, señaló que 19.3% de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa, mientras otro 31.3% revela síntomas de ansiedad mínima o en algún grado.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Lundbeck, farmacéutica de origen danés reunió a especialistas, para hablar sobre el “Impacto de la salud mental en México”, en la que se coincidió en la necesidad de atender a las enfermedades mentales sin estigmas y a hacer de la salud mental y el bienestar una prioridad global y social.
Por su parte, la Dra. Yolanda Pica, médico psiquiatra y maestra en psicoterapia, explicó que “estigmatizar a una persona que presenta una condición de salud mental puede llevarla a tener una baja autoestima y una menor calidad de vida.”
Dentro de los estigmas más comunes que se refieren hacia una persona con alguna condición mental se encuentra, el calificarlos de extravagantes, ser siempre inestables, impredecibles, peligrosos, no tener capacidad para hacer las cosas o siempre depender de alguien para poder llevar a cabo una actividad, lo cual los afecta negativamente, ya que hace que las personas se resistan a buscar ayuda médica, y a aislarse por temor al rechazo.
De acuerdo a un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México es el país con más estigmas, ocupando el 2o. lugar mundial, secundando a Ucrania.
Por su parte, el Dr. Edilberto Peña de León, médico neuropsiquiatra y director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso (CISNE), explicó que “un estado de bienestar mental permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.” El no estar en estas condiciones, pueden sentir fatiga, ansiedad, y la depresión les impide ser productivos, y creen no poder superar los desafíos de la vida diaria.
Agregó que la pandemia de Covid-19 ha generado una crisis mundial de salud mental, alimentando el estrés a corto y largo plazo, y socavando la salud mental de millones de personas. El aumento de los trastornos de ansiedad y depresión ha sido de más del 25% en el 2020.
“Los trastornos mentales son la principal causa de años perdidos por discapacidad, y representan uno de cada seis casos de años perdidos por discapacidad en el mundo”, citó Peña.
Ante este panorama y retomando el lema “Hacer de la salud mental y el bienestar una prioridad global”, del World Mental Health Congress, celebrado este año en Londres, el Dr. Peña de León alertó que las iniciativas nacionales de fortalecimiento de la salud mental también deben atender las necesidades de las personas que padecen afecciones de salud mental.
Los especialistas refirieron que la OMS establece que debería haber 1 psiquiatra por cada 10 000 habitantes, lo cual representa para México una gran tarea y retos, ya que para los +130 millones de habitantes, apenas se cuentan con 4 393.
Informaron que se requiere reforzar la atención a la salud mental, y reorganizar los entornos para dar otro enfoque a la atención de la salud mental.
Informaron que con las reformas impulsadas en el sector salud, la atención a la salud mental de base comunitaria debe proporcionarse mediante una red de servicios interrelacionados.
Los servicios de salud mental deben estar integrados en los servicios de salud generales, como los hospitales generales comunes, y contar con personal de atención primaria no especializado capacitado en enfermedades mentales.
También explicaron que los servicios de salud mental a nivel comunitario, deben revisarse y mejorarse para involucrar a centros y equipos comunitarios que ofrezcan atención en salud mental, rehabilitación psicosocial, servicios de apoyo y servicios de asistencia para la vida cotidiana.
Otra opción que se propone es ofrecer servicios que brinden atención de salud mental en los servicios sociales y entornos no sanitarios, como la protección infantil, los servicios de salud escolar y en las prisiones, concluyeron.
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