¿El home office está en agonía?
Un gran dilema de empresas y colaboradores hoy en día es si optan entre el trabajo presencial y el home office. Pero el debate se ha extendido hacia la comodidad y la conexión interpersonal, dos cosas que son posibles si la oficina, como se conoce hasta hoy, se transforma en un espacio ideal donde los empleados estén en el centro.
En 2021, el 68% de los empleados mexicanos tenía la opción de laborar en el hogar, esta cifra cayó a 51% en 2023, de acuerdo con Deloitte. Y según una encuesta realizada por KPMG, el 64% de los directores generales de las empresas proyecta que para 2026 todos habrán regresado a las oficinas. Incluso, el 87% de ellos piensan incentivar dicha decisión con ascensos y aumentos salariales.
“En este cruce del camino, las empresas se enfrentan con un desafío sin precedentes sobre la forma de lograr un equilibrio entre sus objetivos y las necesidades de los empleados, construir una cultura empresarial que fomente la colaboración y encontrar la manera de transformar la vivencia individual en una experiencia de crecimiento colectivo. La respuesta está en ofrecer espacios idóneos, ergonómicos y funcionales que logren que los empleados se sientan como en casa pero con los beneficios del modelo presencial”, afirma Boyardo Salmón, Presidente de Gebesa, empresa de soluciones integrales en amueblamiento para espacios de trabajo.
Para las compañías, una cosa es clara, los colaboradores que se sienten valorados, escuchados y cuidados son más productivos y tienen menos probabilidades de abandonar su trabajo, esto reduce los costos asociados con la rotación de personal y les permite mantener un equipo estable y con experiencia.
Más allá de las leyes o normas que los gobiernos aprueben en torno al tema y las responsabilidades que adquieran las organizaciones, la era de las oficinas tradicionales.
Para el presidente de Gebesa, Boyardo Salmón, los lugares de trabajo actuales y las necesidades de mobiliario en las oficinas distan mucho de los cubículos en serie que veíamos en los años sesenta, de las salas con escritorios de antes del 2020, de los comedores que prevalecieron durante el home office y de los sitios abiertos muy populares después de la pandemia.
Para que el modelo laboral híbrido funcione y se incentive el regreso paulatino de los empleados a los centros de trabajo es fundamental destinar mayores espacios comunitarios y de socialización, sin perder de vista la privacidad.
“La tendencia no es una regla. Las oficinas se transforman de acuerdo con las necesidades de la empresa. Por ejemplo, para ciertas organizaciones, los cubículos privados son fundamentales, pero para otras lo son, las salas de conferencias. Lo cierto es que no podemos generalizar porque los requerimientos y las prioridades nunca son las mismas para todas las organizaciones”, detalla el presidente de Gebesa.