La inclusión financiera como detonante de la economía y la independencia de la mujer
La inclusión financiera se debe consolidar como prioridad para empresas y gobierno; no solo como estrategia para mejorar la estabilidad económica de las sociedades, sino también como un eje central para la autonomía económica de las mujeres.
Se llevó a cabo el Foro de Inclusión Financiera: Liberando el Potencial de las Mujeres, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Tala México y la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE). En el evento se analizó la importancia de la inclusión financiera para las mujeres en el país, las barreras que existen y las soluciones que servirán como punta de lanza para lograr el objetivo, que todas y todos tengamos acceso a servicios financieros de calidad y con ello mejores oportunidades.
Shivani Siroya, CEO de Tala Mobile, destacó la necesidad que existe de trabajar en conjunto entre Fintech, empresas y gobiernos, para permitir que cada vez más mexicanas tomen el control de sus finanzas y puedan crecer financieramente junto con sus familias."Hemos servido a más de 10 millones de clientes y un alto porcentaje son mujeres.
De todas ellas, el 80% indican que después de utilizar la plataforma de Tala, sienten mayor confianza en sí mismas para lograr sus metas y se sienten empoderadas. Esto es clave porque se trata de mujeres que toman decisiones dentro de sus hogares, que son líderes al interior de sus familias y que tienen un alto nivel de influencia cuando se les permite acceder al crédito", señaló Siroya.Por su parte, Paloma Merodio, vicepresidenta del Inegi, compartió datos reveladores sobre la situación económica y financiera de las mujeres en México.
La brecha de género en la participación económica, de acuerdo con la especialista, sigue siendo preocupante, pues mientras el 75.8% de los hombres está integrado en la economía formal, solo el 49% de las mujeres tienen acceso a trabajos formales. Además, Merodio subrayó que más del 70% del trabajo no remunerado recae sobre las mujeres en el país, lo que limita su acceso a ingresos y a la seguridad económica. "El 4.3% del PIB es el valor del trabajo no remunerado.
¿Sabían que lavar los trastes tiene un valor económico? ¿Sabían que cuidar niños tiene un valor económico? Todas esas labores de limpieza, ir a las compras, o cuidar de un familiar de la tercera edad, representaría el 24.3% del PIB si fuera remunerado dignamente. El 72% de todo ese trabajo, lo aportan mujeres a quienes si les preguntamos por qué no pueden salir a buscar un empleo formal, indican que son estas actividades las que las limitan; pero el 38.5% admiten que tienen el deseo de trabajar formalmente", señaló.
Estas pláticas contribuyeron a enriquecer una discusión que debe de darse con más frecuencia en pro de la inclusión financiera de las mujeres en México. Concluyendo que la digitalización de los servicios financieros, el acceso a la educación financiera y la creación de productos más accesibles, a través de tecnología.