Estuve en Panamá y el servicio fue consistentemente malo. En el hotel, en los restaurantes donde comí, en el aeropuerto y en la calle. Panamá tiene mal servicio, y lo interesante es que tanto Benjamín, mi chofer, como mis alumnos y la gente con quien trabajé me lo confirmaron. Durante mi estancia, un día comí en Nación Sushi, un lugar japonés donde me atendieron muy bien; lo comenté y la respuesta fue “el mesero ha de haber sido colombiano o venezolano”.