Mitos y realidades sobre comer helado en invierno

Helados Nestle

 

Es invierno, hace un frio que te congela hasta los huesos y pasas por la tienda de la esquina o una heladería, con mucho antojo de algo dulce.

La creencia popular dice que, consumir helado en los meses más fríos va en contra del sentido común, pero nada más lejos de la realidad.  Rompamos el hielo, y veamos cuáles son los mitos sobre comer helado en invierno que hasta el día de hoy algunos están convencidos de que son reales:  

1.- El helado te “enferma”    Es posible que de pequeño alguien te comentó que si comías helado te ibas a resfriar. La gripe no se contagia por la comida en sí, sino por los virus de persona a persona. Por lo que no está comprobado que comerte un helado en temporada de invierno te haga daño. Es más, si te sientes mal de la garganta, un cono o paleta helada podría ayudarte a disminuir de forma temporal la sensación de ardor o irritación por su efecto refrescante.  

2.- Se disfruta más en el verano    Es un error garrafal pensar esto, porque el sabor y la textura de un helado no está casado con ninguna temporada. Para romper este mito, sé creativo y combínalo con postres calientes. Puedes tomar una paleta helada de chocolate Crunch®, derretirla un poco y servirla sobre un wafle. El contraste entre lo frío del helado y lo calientito de la masa crujiente es una experiencia que te hará amar aún más esta estación.  

3. Nadie come helado en invierno  Aunque cueste creerlo, en regiones con climas fríos el consumo de helado no disminuye. La Asociación Internacional de Alimentos Lácteos (IDFA) revela que entre el top 10 de los países que más helado comen están naciones como: Estados Unidos, Suiza, Suecia, Finlandia y Dinamarca, que no son precisamente paraísos tropicales.  

4.- Aumenta la sensación helada  Se cuenta que comer helado en invierno provoca que sientas un frío insoportable, pero esto no es cierto. El helado no puede enfriar tu cuerpo a temperaturas peligrosas, ya que el cuerpo se regula rápidamente y genera calor a través del metabolismo. Si estás bien abrigado no habrá ningún problema en tu termómetro interno cuando saques un cono o paleta del refrigerador.  

El frío no quita el gusto   En resumen, los mitos sobre comer helado en invierno se derriten como si estuvieran expuestos al sol. No hay reglas que establezcan que el frío debe limitar qué comemos y menos cuando se trata de este postre tan delicioso. Así que, olvida las creencias y atrévete a disfrutar del helado en cualquier época del año.

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