Replantear el género en la comunicación: retos y oportunidades
Por Gabriela Córdova Macias, VP of Operations and Brand Experience en PRP
Los profesionales de la comunicación influimos directamente en cómo la sociedad percibe el género, ya sea al perpetuar estereotipos o al promover cambios hacia la igualdad. Desde los roles tradicionales hasta las estructuras laborales, tenemos la capacidad de consolidar narrativas desiguales o ser agentes transformadores.
La representación de las mujeres y los hombres en los medios y en campañas sigue mostrando desequilibrios evidentes. Las mujeres aparecen con mayor frecuencia en roles asociados al cuidado, la belleza o la domesticidad, mientras que los hombres se destacan como líderes, aventureros y figuras de poder. Estas imágenes limitan las aspiraciones individuales y refuerzan ideas preconcebidas que afectan especialmente a los jóvenes expuestos a estos modelos.
Aunque se han logrado avances en inclusión, como constructores de marcas, continuamos replicando narrativas estereotípicas. Los productos dirigidos a "niñas" o "niños" perpetúan divisiones que no reflejan la diversidad humana y consolidan desigualdades estructurales.
Un ejemplo es nuestra profesión, a pesar de que las mujeres representan la mayoría en las aulas de comunicación, los hombres ocupan la mayor parte de los puestos de liderazgo en los medios. Esto refleja barreras como horarios incompatibles con responsabilidades familiares y la falta de políticas inclusivas. Además, solo el 0.04% de las mujeres son dueñas de medios a nivel global, lo que limita la diversidad en las narrativas mediáticas (fuente: Gaceta UNAM).
El lenguaje que utilizamos también afecta la percepción del género. La construcción androcéntrica del lenguaje invisibiliza las contribuciones femeninas y refuerza normas patriarcales. Adoptar un lenguaje inclusivo no solo ayuda a visibilizar a las mujeres y sus aportaciones, también permite incorporar perspectivas diversas. Sin embargo, la implementación de estas prácticas sigue siendo limitada.
Todos tenemos el potencial y la responsabilidad de transformar la forma en que se percibe y representa el género, integrando acciones clave que incluyen:
1. Diversificar: mostrar a mujeres en roles de liderazgo, ciencia, deporte y política, y a hombres en papeles de cuidado y emocionalidad.
2. Incluir: implementar políticas que impulsen el liderazgo femenino en todos los niveles organizacionales.
3. Adoptar lenguaje inclusivo: incorporar prácticas que visibilicen a todas las identidades de género.
4. Apoyar medios alternativos: fomentar medios independientes que aborden temas desde una perspectiva feminista y diversa.
El avance tecnológico y el creciente enfoque en la justicia social ofrecen una oportunidad única para rediseñar las narrativas mediáticas. Al adoptar una comunicación igualitaria, no solo podemos reflejar la realidad, también podemos contribuir activamente a cambiarla. Esta responsabilidad recae tanto en los creadores de contenido como en los consumidores, quienes deben exigir y respaldar narrativas más inclusivas y justas.
La comunicación tiene el poder de ser un motor de cambio hacia una sociedad equitativa. Los retos son considerables, pero también lo son las oportunidades para transformar las estructuras mediáticas y sociales.