Mazda3 Turbo en la pista de carreras de Amozoc, Puebla

La promesa está clara, Mazda3 Turbo completa el portafolio de autos emocionantes de la marca japonesa. Recordemos que su motor 2.5 litros de 4 cilindros, produce 227 caballos de poder con 310 libras pie de par. Esta relación supone de inmediato la capacidad de acelerar y remontar la velocidad en medio de una pista de carreras, la transmisión automática de 6 velocidades con posibilidades de cambios manuales en el volante. Una puesta a punto que permite llevarlo con gran agilidad en un trazado de conos, en pruebas de frenado en piso mojado, un hot laps en una pista profesional de carreras sin que decepcione un instante.

La motorización del Mazda3 Turbo se comparte con otros modelos de la marca, pero este usa el diseño del hatchback que tiene una silueta más deportiva de todos. Entre sus peculiaridades está el color polymetal gray, que fue elegido de un Mazda modificado en un evento internacional. La firma de Hiroshima retomó este singular gris metálico profundo para conmemorar el lanzamiento de un Mazda3 en la categoría de hatchbacks deportivos.

Ahora, todo el discurso de auto capaz y potente, se integra a la perfección en una propuesta más bien funcional y emocionante. Los interiores suben el nivel de diseño y calidad, sobre todo el increíble aspecto de primera clase. Un

La transmisión del Mazda3 Turbo es automática de 6 velocidades con modo manual y tiene tracción AWD. Esta peculiaridad permite que el auto responda mejor en curvas con las asistencias electrónicas activadas, pero al desconectar el control de tracción, la diversión en la pista comienza. No es recomendable desconectar el control de tracción en la calle o la carretera nunca. Sobra decir que únicamente para efectos de práctica y conocimiento, el vehículo puede realizar deslizamientos y giros bruscos bajo la supervisión de expertos que especifican de forma controlada el uso de los autos. En la pista ubicada en Amozoc, pudimos conocer además de las características del auto, sus posibilidades dinámicas en piso mojado y también en un circuito cerrado por conos, con zigzagueo y vueltas de martillo, útiles en caso de escape o emergencia en el caso de la pérdida del control del vehículo.

En cada caso, hasta en la pista, el Mazda3 Turbo ofrece una rigidez estructural que transmite seguridad al volante. Los pedales tienen buen ajuste al tacto y responden eficazmente. La potencia no sobra, pero es divertido en las rectas y alcanzó los 180 km/hr sin dificultad. La maniobrabilidad en la pista es divertida y ágil. Se entrega completamente y para mi sorpresa, no se fatigaron los frenos en al menos 5 vueltas de la pista.

El experimentado Mazda3 Turbo hizo gala de todos los atributos, especialmente de su calidad de ensamblado, de la capacidad de retar sus propios límites y de establecer un nuevo segmento de máxima diversión. Un auto que apela al gusto de mucho.