Pacto por Tu Seguridad y el imperativo nacional de impulsar la seguridad de las mujeres

Por Paola Reynoso Cano, Corporate Communications Manager de inDrive

Una escena común que vivimos millones de mujeres alrededor del mundo, en particular en México, es la necesidad de tomar ciertas medidas de precaución cuando salimos de casa y abordamos algún transporte.

De hecho, el transporte público es uno de los espacios en donde el 76% de las mujeres del país nos sentimos inseguras. Esto es ocasionado por momentos incómodos de acoso, miradas, “piropos” y muchas circunstancias más que se presentan en camiones, el metro, taxis públicos y también en autos solicitados mediante plataformas de movilidad, desafortunadamente.

Sin duda, estos factores de riesgo representan uno de los desafíos más apremiantes de la actualidad. Ya que, siguiendo con algunos indicadores que nos muestran la relevancia de este fenómeno, encontramos que 9 de cada 10 usuarias han sufrido algún tipo de violencia en el transporte público, de acuerdo con datos del Inegi y ONU Mujeres.

Es por ello que resulta imperativo impulsar acciones desde todos los frentes que detonen una conversación social y generen cambios de comportamiento con respecto a la seguridad de las mujeres en el transporte.

Suscribo lo que hace unos días expuso la Mtra. María Margarita Cortés Cid, directora del Sistema Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), sobre un hecho clave: el acoso sexual es una de las manifestaciones más frecuentes y normalizadas de la violencia contra las mujeres y las niñas mexicanas y conlleva un estado de indefensión y riesgo para quienes lo sufren, lo que atenta contra nuestros derechos humanos.

Para afrontar esta situación, se requiere de la acción consolidada de los actores involucrados. Por esta razón, en el transporte se han implementado diversas tácticas de sensibilización, capacitación, prevención y atención sobre el acoso y la violencia, donde una de las lecciones aprendidas ha sido que estas iniciativas deben buscar crear nuevas prácticas de convivencia sana en los espacios de movilidad de las usuarias, en cualquier momento y lugar.

Tal es el caso de inDrive, que como parte de la campaña Pacto por Tu Seguridad, presentó un programa de entrenamiento que tiene como objetivo brindar a las y los conductores herramientas que reforzarán sus capacidades para conducirse de manera adecuada con las pasajeras al inicio, durante y al final del viaje, abonando así a la construcción de mejores escenarios en los que las mujeres podamos viajar con calma.

En un inicio, el programa ya se implementa en México, para posteriormente, planear su expansión a más países de Latinoamérica en donde tenemos presencia y donde este problema también es latente.

Como resultado de este entrenamiento, las y los conductores conocen los problemas más frecuentes en las interacciones con las usuarias. Asimismo, son más certeros al identificar y superar situaciones potencialmente conflictivas y al empatizar con las necesidades de las usuarias; esto, al privilegiar en todo momento el mejor servicio para ellas.

Me gustaría apuntar que, para las compañías, este tipo de iniciativas no deben formar parte de un tema aislado. Sobre todo si ampliamos la mirada y vemos que buscar la igualdad de género al interior y exterior de las organizaciones forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, por lo que impulsar este tipo de cambios puede propiciar impactos positivos no solo en el negocio y los resultados financieros, sino en la sociedad y el planeta en su conjunto.

Por ello y como parte del primero de una serie de pasos para lograr alcanzarlo, con Pacto por Tu Seguridad, inDrive detona una transformación del sector de viajes por aplicación, iniciada previamente con la disrupción global de nuestro modelo de negocios, que desafía la injusticia en los precios de los viajes a través de una tecnología humana, brindando acceso a una mayor cantidad de usuarios a oportunidades de desarrollo en la economía digital, con seguridad y transparencia.   

En conclusión, se trata de un gran avance en el largo camino de erradicar la violencia contra la mujer en el transporte. Estoy segura que al final, esas escenas de violencia ahora comunes, serán parte de un pasado lejano, gracias a la acción colaborativa entre la iniciativa privada, las autoridades gubernamentales, la sociedad civil y las personas usuarias.