No es una planta, es una cervecería

Por Nina Mayagoitia, V-P de Comunicación y Responsabilidad Social en Constellation Brands

El mundo está lleno de plantas: plantas de café, plantas de producción de ropa, plantas de ensamblaje de automóviles, entre muchas otras. Pero en una parte de todo este universo industrial, encontramos la cervecería. 

Cervezas
Cerveza. Imagen: Pixabay

 

No les voy a mentir, cuando estoy en alguna junta y se refieren a la cervecería como planta, inmediatamente alzo la voz y digo que no es una planta, porque nosotros hacemos cerveza, por lo tanto, trabajamos en una cervecería.

En este lugar, el talento y la pasión se fusionan con la innovación y la tecnología para crear algo maravilloso, algo que ha estado presente en la cultura humana durante miles de años: la cerveza.
Pero tampoco los culpo, es fácil caer en la trampa de referirse a una cervecería simplemente como una “planta”, pero en realidad, es mucho más que eso. La cervecería no es un lugar donde simplemente se produce algo. Es un lugar donde ocurre algo mágico. Se crea una bebida que une culturas, familias y tradiciones, y que ha conectado a las personas a lo largo de los siglos. 

Para que se den una idea de la relevancia de la cerveza mexicana y de la tradición que se impulsa, México representa por sí solo 30% del mercado mundial de la exportación de cerveza. Nuestro país exporta más del doble de cerveza que cualquier otro. Y en un periodo reciente de 12 meses, 97% de las exportaciones mexicanas de cerveza fueron a Estados Unidos.

Imagínense el orgullo que sentimos al poder compartir momentos y tradiciones con personas que físicamente no están con nosotros, pero que nos une el gusto y la pasión por una bebida como la cerveza.
Una cervecería es un lugar especial, donde la cebada malteada se une con el agua, donde el lúpulo es amado por la levadura, y donde la fermentación da vida a la cerveza. Esta no es una simple producción en masa, sino un proceso delicado y deliberado que requiere atención, paciencia y un talento particular.

La cervecería es donde cada ingrediente se selecciona con el mayor cuidado, se mide con precisión y se introduce en la mezcla en el momento adecuado. Es donde los maestros cerveceros, como alquimistas modernos, controlan la temperatura y la cocción, vigilan el tiempo y supervisan el proceso de fermentación para garantizar que cada lote de cerveza sea tan bueno como el anterior, si no mejor.

En una cervecería, el arte de la cervecera se combina con la ciencia de la fermentación. Aquí, la innovación y la tradición se dan la mano, permitiendo la creación de cervezas que van desde las recetas más clásicas hasta las más experimentales, satisfaciendo en todo el rango posible las necesidades del consumidor.

Entonces, cuando estamos tomando cerveza, pongamos atención en el sabor y la textura, ya que ha sido elaborada en un lugar en donde únicamente se hace cerveza. 

Pensemos en la cervecería, no simplemente como una planta de producción, sino como un taller donde los ingredientes se transforman en esa bebida histórica que combina tradiciones, donde el talento de las maestras y maestros cerveceros se traduce en recetas que llegan a nuestras manos con marcas icónicas mexicanas… uffff ¡qué delicia y que emoción! 

La cerveza no se fabrica, se crea y se elabora en una cervecería. 

La cervecería no es una planta. Es un estudio de arte, un laboratorio, un lugar de innovación, talento y creatividad. No se trata simplemente de producir. Se trata de cultivar, nutrir y finalmente dar a luz a algo trascendente. ¡Es donde la cerveza cobra vida y nos acompaña a celebrar todo lo bueno! 
En el mes de agosto se conmemora el Día Internacional de la Cerveza. Celebremos a México por su enorme tradición y calidad cervecera… por supuesto con una cerveza helada.  ¡Salud!
 

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Revista NEO 297

 


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