Sin inversión no hay paraíso: la revolución digital como la clave para el futuro competitivo de los bancos

Por Marcelo Fondacaro, CCO de Veritran

Hace tiempo que la digitalización avanza de forma rápida y sostenida en todo el mundo e impacta sobre el día a día de las personas. En este panorama, la transformación digital del sistema financiero no es un hecho del futuro sino una necesidad del presente. Con la irrupción de nuevas regulaciones y competidores más innovadores como las fintechs, los bancos tradicionales con sistemas heredados y años de historia se plantean transformarse para preservar su liderazgo y mantener su competitividad, respondiendo a las nuevas exigencias y hábitos de los usuarios. 

Marcelo Fondacaro
Imagen: cortesía Veritran

Esta transformación implica la adopción de soluciones tecnológicas en auge, desde billeteras digitales y onboardings 100% remotos, hasta canales web y mobile eficientes, experiencias de pagos inmediatos y seguros, mecanismos de protección como la validación biométrica, entre otros. Sin embargo, una infraestructura tan compleja y en ocasiones antigua como la bancaria implica que esta modernización sea vista como un gran desafío, no solo por los costos que conlleva sino también por la falta de recursos especializados para crear aplicaciones modernas de manera eficiente.

Frente a este panorama, una buena forma de encarar esta transformación es a partir de la alianza entre instituciones financieras y empresas robustas de tecnología, que agilizan los tiempos de producción de las soluciones digitales y facilitan la tarea de los bancos en este reto. Asimismo, los bancos evitan enfrentarse a la falta de personal o la escasez de habilidades profesionales, especialmente en IT y ciberseguridad.

A finales del año pasado, Forrester Consulting desarrolló del Total Economic Impact, un estudio que demuestra cuáles fueron los beneficios que obtuvieron determinados bancos a la hora de invertir en una empresa especializada en brindar soluciones digitales. El resultado -plasmado en una organización representativa compuesta por los entrevistados- fue una recuperación del 373% de la inversión inicial en 3 años, así como la reducción de riesgos en seguridad y el desarrollo de competencias internas. Además, la digitalización otorgó buenos resultados en la adopción de canales digitales, mayor eficacia operativa y captación de nuevos clientes. De esta forma, la inversión inicial se recuperó -y superó- a futuro inmediato, con efectos positivos en todos los frentes.

Los bancos que participaron en el estudio estaban atravesando una dificultad para pasar de la atención en sucursales a las interacciones en línea, además de que ninguno había dado el salto a la banca móvil. Aunque comprendían la necesidad de digitalizarse, se encontraban con el reto de crear aplicaciones debido a la falta de talentos con conocimiento en su desarrollo. Es aquí en donde las empresas de tecnología cumplen un rol central.

Para hacer frente a este desafío, los bancos necesitan de un proveedor experto en herramientas digitales, pero también que sepa sobre productos bancarios y que conozca la industria. Hablar el mismo idioma y comprender cuáles son los desafíos de estas entidades más tradicionales es un diferencial valorado, porque permite apoyarlas y acompañarlas en su transformación digital.

La necesidad de la digitalización bancaria es producto de las nuevas exigencias de los usuarios. La agilidad, la innovación, la usabilidad y la rapidez de la banca digital son pilares fundamentales para el ecosistema bancario actual, en especial si se tiene en cuenta el gran desarrollo de nuevas tecnologías como las billeteras digitales que son tendencia en el país. 

Además, la digitalización es fundamental para garantizar la accesibilidad al universo financiero. En este sentido, sumar nuevas tecnologías al ecosistema bancario posibilita el acceso de aquellas personas con poco o ningún antecedente bancario como los jóvenes o bien sectores alejados de las grandes ciudades. El desarrollo de soluciones digitales que contribuyan a la inclusión financiera significa entonces una ganancia tanto para la sociedad como para los bancos, al orientar sus sistemas más tradicionales hacia nuevas tecnologías centradas en las necesidades específicas de los clientes.

Hoy los bancos tienen la oportunidad única de liderar el proceso de transformación digital siendo protagonistas, especialmente en un mundo que tiende hacia la mayor digitalización y donde la aparición de nuevas herramientas como la inteligencia artificial y la automatización de procesos resulta inevitable. Por eso, es clave que se alíen con empresas tecnológicas para desarrollar soluciones innovadoras, seguras y con proyección a largo plazo. 

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