¿Son los esports considerados deportes en México?
Según una encuesta realizada por YouGov Surveys, la percepción de los mexicanos hacia los esports revela un panorama mixto y en evolución. A pesar del crecimiento explosivo de la industria global de los videojuegos competitivos, una mayoría significativa en México, el 60.4%, no considera que los esports sean deportes legítimos.
Apenas un 23.9% de los adultos encuestados en el país equipara los esports con disciplinas tradicionales como el fútbol o el boxeo. Este porcentaje contrasta con otros mercados internacionales donde la aceptación es aún menor, como en Reino Unido (11%) y Estados Unidos (10.9%). Sin embargo, los jóvenes mexicanos, especialmente aquellos de entre 18 y 24 años, muestran una mayor inclinación a reconocerlos como deportes auténticos.
El estudio también revela que la mayoría de los adultos mexicanos, el 67.6%, no sigue eventos competitivos de ningún juego en particular. Entre quienes sí lo hacen, FIFA es el título más popular, seguido por otras competiciones de renombre global como la Call of Duty League y la F1 Esports Series.
Aunque el interés por los videojuegos en México es notable, con un 41.1% de los encuestados reportando jugar al menos una vez al mes, el interés específico por los esports sigue siendo relativamente bajo. Solo un 5.8% de los mexicanos considera los esports como uno de sus principales intereses, a pesar de que el porcentaje aumenta entre los jugadores habituales.
El incremento en el uso de videojuegos durante la pandemia de COVID-19 podría haber contribuido al mayor reconocimiento de los esports como deporte en México. Sin embargo, la falta de arraigo de los videojuegos como un hobby generalizado podría explicar la resistencia persistente hacia esta categorización.
Mientras que los esports ganan terreno como una forma legítima de competencia global, especialmente entre los jóvenes mexicanos y los entusiastas del gaming, la mayoría de los adultos en el país aún no los considera equivalentes a los deportes tradicionales. Este contraste refleja tanto el potencial de crecimiento como los desafíos de aceptación que enfrenta esta industria emergente en México.