Les va cayendo el 20
Como parte del programa de la UNESCO en México, orientado a impulsar masculinidades responsables para acelerar la igualdad de género, competitividad del bordado artesanal maya-yucateco y apoyar la economía familiar, se impartieron talleres a comunidades de 12 municipios de Yucatán, en los que además de difundir conocimientos sobre el patrimonio cultural inmaterial, finanzas y modelos de negocios, también otro de sus ejes se centró en las masculinidades para detonar reflexiones en los hombres que se relacionan con las creadoras, incluso en las cadenas de producción, en espacios públicos y la administración pública, mediante talleres con un enfoque en aprendizajes significativos.
Juan Manuel Canto, consultor especialista en masculinidades de la UNESCO en México, explica que los hombres están y siguen muriendo más jóvenes, entre sí y por sí mismos, incluido por el descuido de la salud física y emocional, a causa de años de formación disfuncional para abordar las emociones, sobre todo aquellas que implican reconocerse como vulnerable o vulnerado. A diferencia de la violencia feminicida, ejercida sistemáticamente por hombres contra mujeres.
La esperanza de vida de los hombres en México es seis años menor a la de las mujeres, con excepción de la de las mujeres transgénero que es de 35 a 37 años. Los hombres también registran más muertes violentas: 44.4 muertes por homicidio por cada 100 000 habitantes, en comparación con 5.8 en el caso de las mujeres en 2022.
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Además, registran ocho de cada 10 suicidios, a pesar de que no reportan su malestar previo: sólo 9.1% de los hombres llegó a reportar sentirse con depresión más de la mitad o casi todos los días de la semana en la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado de 2021, mientras que más mujeres aceptaron sentirse con depresión (16.3%).
Para Rodrigo Morales, participante del taller y profesor del municipio de Muna, es una reflexión urgente que debe llevarse al mayor número posible de hombres, en especial a jóvenes y adolescentes para impulsar cambios de conducta. Cuenta que después del taller identificó que se ha impuesto de forma generalizada la idea de que un hombre no debe expresar ni hablar de sentimientos. “Si no sentimos que el machismo es algo malo lo vamos a seguir replicando en nuestras vidas, con nuestros hijos, y este ciclo no se va a romper”, dijo.
El primer desafío es que los hombres reconozcan las formas negativas que se han enseñado y reproducido de lo que se cree que es ser un hombre, como: practicar, permitir o reproducir relaciones desiguales de poder y ejercer violencia, la cual principalmente es contra las mujeres, pero que también se ejerce entre los hombres. El segundo es reconocer que existen diferentes formas de masculinidades para entonces asumir responsabilidades y tomar acciones por la igualdad, el cuidado y la paz, añadió Luis Felipe Romero Hicks Murakami, Especialista del Sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO en México.
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