¿Cómo golear a una potencia mundial?
La competitividad y el liderazgo no son cuestión de tamaño en el mundo empresarial, pues las pymes gozan de ciertas ventajas y algunas desventajas frente a las grandes multinacionales. Con esta condición surge la duda: ¿qué fortalezas deberían adquirir las pymes para competir en ciertos rubros con las multinacionales? Si lo vemos desde una estrategia de futbol, el resultado se resume en tener una estrategia defensiva y ofensiva definida.
Estrategia ofensiva: se basa en la posesión de la pelota; busca tener el control del balón (siendo esta su primera manera de defender) para cansar al rival y ser el dueño de la construcción del ataque. La rapidez, la precipitación y los riesgos ofensivos pasan a un segundo plano menos cuando se está en frente del arco. En ese instante se buscará sobrepasar el número de defensores triangulando entre los compañeros, la posesión de la pelota y algún pase entre la línea defensiva por parte de los medios creativos, aumentando de esta manera no solo las opciones de gol, sino también el riesgo de contraataque en caso de pérdida de balón.
Con este concepto del futbol como punto de partida, Devin Patrick Hauer, coordinador de Ibero Consultores Estratégicos, da algunos consejos para lograr una estrategia empresarial ofensiva, ideal para que las empresas puedan ponerlas en práctica.
- Conoce el mercado para tener el balón: en el mundo empresarial, la manera de competir desde un enfoque multinacional se asocia con la selección de mercados, mientras el competidor global no realiza una distinción de este tipo por su posicionamiento, pues se enfoca en tener una presencia amplia en todo el globo, al menos idealmente.
En la práctica, las grandes empresas suelen tener esta presencia en la mayoría de los continentes.
Esta misma distinción en el tamaño de las transacciones, ventas, posicionamiento, entre otras cosas, es lo que ocasiona que a diferencia de las grandes empresas, las pymes o pequeños empresarios tengan una mínima o nula adaptación hacia mercados diferentes, pues los costos para el estudio e implementación de una estrategia puede costarles muchísimo. En este punto, es muy importante tomar en cuenta este tipo de inversión para poder conocer más al mercado y aplicar las estrategias necesarias para golear a una potencia internacional.
Esto porque las pequeñas y medianas empresas, generalmente tienen un contacto muy directo con su fuerza de ventas y con sus clientes. Lo que significa un punto a favor que se puede explotar de diversas formas, un ejemplo claro sobre esto es. - Estrategia de diferenciación: muchas veces, pequeñas empresas ocupan posiciones dominantes en nichos de mercado específicos. Esta situación provoca que cuenten con un nivel de especialización casi imposible de igualar por las multinacionales. La estrategia de diferenciación consiste en descubrir qué es lo que mejor saben hacer y centrarse en ello. Deberá ser una peculiaridad evidente y valorada por el público al que se dirige. También deberá ser una peculiaridad difícil de igualar por la competencia para evitar la imitación por su parte.
Estrategia defensiva: la estrategia defensiva cede el balón y la iniciativa de juego al rival; su objetivo es reaccionar rápido para aprovechar la pérdida de balón y el juego de transición rápido y efectivo. Esta manera de jugar no se basa únicamente en esperar al rival y sus fallos; es un concepto distinto en el que los defensores (la gran mayoría del equipo, por no decir el equipo entero) van a provocar que el adversario pierda el balón.
En este sentido, sabemos que ninguna estrategia ofensiva en futbol es lo suficientemente buena si no se encuentra en equilibrio con la parte defensiva, pues es el juego en equipo lo que convierte en fundamentales y exitosas este tipo de estrategias.
Es por eso que Diego Martínez de Velasco, coordinador del Centro de Emprendimiento y Desarrollo Empresarial de la Ibero, nos da algunos tips para poder tener la estrategia defensiva empresarial perfecta para lograr nuestros objetivos.
- Toma de decisiones ágil frente a la burocracia: la dirección de una pyme es mucho más ágil. Esto se transforma en mayor velocidad en la toma de decisiones y en más margen de maniobra a la hora de reaccionar ante problemas imprevistos. No significa que uno pierda el control del juego, sino todo lo contrario, significa tener más libertad para “atacar” al rival. Pues, en las pequeñas y medianas empresas las decisiones son tomadas por las personas que trabajan en un proyecto determinado, y no por personas a miles de kilómetros de distancia.
- Equipo sólido: al igual que en un partido, tener elementos clave y con la camiseta puesta es muy importante, por ello, es más fácil como empresa pequeña desarrollar, motivar y establecer un equipo laboral sólido que juegue cada día como como si este fuera el partido más importante. Además, escuchar ideas creativas o innovadoras, será más sencillo, otro aspecto en el cual podemos competir con una multinacional.
- Acuerdos de colaboración: las alianzas empresariales entre pequeñas y medianas empresas, del mismo o diferente sector, son una de las opciones para competir con las grandes multinacionales. Existen muchas formas de colaboración, desde cooperativas hasta alianzas estratégicas, entre otras. Estas agrupaciones son formas de colaboración válidas para conseguir economías de escala y una competitividad mayor. Si juntamos varias empresas complementarias entre sí, cada una aportará a la alianza su mejor ventaja, lo que sabe hacer mejor al resto. Así, la alianza empresarial alcanzará una posición desde la que le resultará más favorable competir con las multinacionales.
Sin duda con estos consejos, los pequeños y medianos empresarios tienen algunos puntos que pueden aplicar para mejorar sus estrategias y lograr sus objetivos más rápidamente.
*Con información de IBERO