Recomendaciones de CEPAL para enfrentar la crisis económica y social derivada de la pandemia mundial

Tras el pronóstico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de una contracción de al menos -1,8% en el PIB de América Latina y el Caribe para 2020, y evitar una década pérdida, da a conocer los resultados de su informe y algunas recomendaciones.


Recomendaciones de CEPAL para enfrentar la crisis económica y social derivada de la pandemia mundial  Por Gabriela García Zúñiga   Tras el pronóstico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de una contracción de al menos -1,8% en el PIB de América Latina y el Caribe para 2020, y evitar una década pérdida, da a conocer los resultados de su informe y algunas recomendaciones.  En el informe titulado “América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales”, la CEPAL aborda los escenarios y las proyecciones hacia 2030 ante la crisis de salud global que se vive hoy en día, junto con recomendaciones.  El organismo para AL señala que solo con un nuevo modelo de desarrollo, la región evitará volver a transitar por los caminos que condujeron a una situación en la que los efectos de la pandemia del COVID-19 pueden no solo ser devastadores en el corto plazo, sino también deteriorar las condiciones de la recuperación y el desarrollo.    Antes de la llegada del COVID-19, la CEPAL preveía que la región crecería un máximo del 1.3% en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos -1,8%, aunque no se puede descartar que se llegue a contracciones de entre -3% y -4%, o incluso más. El impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y global, advierte la Comisión.  Entre los efectos directos de la crisis del COVID-19 se cuenta el impacto en los sistemas de salud de la región, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar los problemas generados por la pandemia. La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19. Por ello, fortalecer los sistemas de salud requiere mayor y mejor gasto público: los países de la región gastan en promedio el 2.2% del PIB en salud; por lo tanto, es necesario encontrar espac
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En el informe titulado “América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales”, la CEPAL aborda los escenarios y las proyecciones hacia 2030 ante la crisis de salud global que se vive hoy en día, junto con recomendaciones.

 

El organismo para AL señala que solo con un nuevo modelo de desarrollo, la región evitará volver a transitar por los caminos que condujeron a una situación en la que los efectos de la pandemia del COVID-19 pueden no solo ser devastadores en el corto plazo, sino también deteriorar las condiciones de la recuperación y el desarrollo. 

 

Antes de la llegada del COVID-19, la CEPAL preveía que la región crecería un máximo del 1.3% en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos -1,8%, aunque no se puede descartar que se llegue a contracciones de entre -3% y -4%, o incluso más. El impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y global, advierte la Comisión.

 

Entre los efectos directos de la crisis del COVID-19 se cuenta el impacto en los sistemas de salud de la región, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar los problemas generados por la pandemia. La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19. Por ello, fortalecer los sistemas de salud requiere mayor y mejor gasto público: los países de la región gastan en promedio el 2.2% del PIB en salud; por lo tanto, es necesario encontrar espacio fiscal para fortalecerlos.

 

Los efectos indirectos de la crisis desatada por la pandemia se viven en la región en: 1) La disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales y sus efectos; 2) La caída de los precios de los productos primarios; 3) La interrupción de las cadenas globales de valor; 4) La menor demanda de servicios de turismo; 5) La reducción de las remesas y 6) La intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales.

 

En el área interna, las medidas de contención tendrán costos en la producción (hasta 67% del PIB regional) y el empleo (hasta el 64% del empleo formal). Asimismo, las medidas de prevención y contención profundizan la crisis de los cuidados en la región: en el período previo a la crisis sanitaria, las mujeres destinaban entre 22 y 42 horas semanales a actividades de trabajo doméstico y de cuidados.

La presión sobre los sistemas de salud impactará significativamente a las mujeres, pues son el 72.8% del total de personas ocupadas en este sector.

 

“El mundo y la región enfrentan una recesión que va a tener efectos de corto y largo plazo. La pregunta es cómo minimizar sus costos y retomar el crecimiento. La magnitud dependerá, entre otros factores, de la contundencia de la respuesta económica, en la que la política fiscal tiene un papel fundamental”, enfatiza Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.

 

Derivado del reporte, la CEPAL destaca el papel trascendente que juega la cooperación internacional en la recuperación, en donde la ONU, el FMI y el Banco Mundial serán esenciales para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social y la actividad económica con medidas innovadoras.

 

La integración regional es crucial para enfrentar la crisis, enfatiza el organismo de las Naciones Unidas. Los países de la región tienen capacidades productivas poco sofisticadas y fragmentadas a nivel regional, por lo que se requiere escalar las capacidades nacionales y regionales, principalmente en la producción y provisión de bienes de primera necesidad. Para ello es imperativo impulsar el comercio intrarregional, señala el informe.

 

Para apoyar el seguimiento y monitoreo de avances a mediano y largo plazo, se ha puesto en marcha el Observatorio COVID-19, un esfuerzo coordinado por la CEPAL con el apoyo de los coordinadores residentes de las Naciones Unidas, que presentará información actualizada sobre los anuncios de política de cada país y otros materiales de interés. El Observatorio contiene información sobre movimientos dentro y entre los países, salud, trabajo, economía y escolaridad.

Version Digital NEO

Revista NEO 297

 


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