Evolución e integración de tecnología en la industria textil laboral

Por Rosa María Eseverri, gerente de Marketing en Dickies México 

Usar una pieza de ropa confeccionada específicamente para brindar soltura y comodidad en un sector industrial es básicamente portar un fragmento de historia. La actual vestimenta laboral, como los overoles, pantalones de doble rodilla o las camisas de popelina de manga larga, por mencionar algunos, es el resultado de varios años de cambios sociales, políticos y económicos, así como de arduos esfuerzos de investigación tecnológica.

Jeans

La ropa de trabajo es un símbolo de la empresa. Contribuye a generar identidad entre la empresa y los colaboradores, pues en ellas se pueden mostrar el uso de una tela específica, colores, logotipos, slogans y cualquier otro elemento gráfico de la marca. No obstante, dependiendo de la época, cada ropa de trabajo se ha distinguido por el espíritu de la generación que la utilizó y la función que se le asignó, correspondiente a su contexto sociohistórico. La indumentaria de trabajo evoluciona en paralelo a los movimientos laborales y las necesidades que se desprenden de los cambios que generan. 

El cambio más notable en la vestimenta laboral ocurrió en Europa durante las revoluciones industriales a finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Antes de este momento, los trabajadores sólo portaban piezas para distinguir su rango. 

Tras la Revolución Industrial, y con la introducción de la máquina de coser, se diseñaron y confeccionaron modelos con puntadas reforzadas que eran notablemente más resistentes, y que se adoptaron como uniforme no oficial en las fábricas.

En Estados Unidos durante la fiebre del oro entre 1848 y 1855 se dio el nacimiento de la mezclilla de trabajo moderna. El pantalón se rediseñó al blindar las costuras en los bolsillos para que las personas pudieran cargar el metal sin temor a que se rompieran. Este hecho inspiró a la fabricación de overoles de peto de esta tela con más bolsillos multifuncionales, de modo que se facilitó el uso relacionado con el manejo simultáneo de herramientas. 

Bajo esa visión surgieron empresas enfocadas en la ropa de trabajo que incorporaron un valor agregado a sus productos para cubrir las necesidades en turno. Un ejemplo claro fue Dickies, compañía que implementó diseños de vanguardia como el cierre de cobre, la cintura de ajuste fácil y el planchado permanente, elementos que se han convertido en un estándar dentro de la industria. 

Al concluir los movimientos obreros y las guerras mundiales cerca del año 1950 el mundo hizo una radical transición económica, ya que los trabajadores se mudaron del campo, las minas y las fábricas a las oficinas. En este período se añaden elementos estéticos  como una ampliación en la gama de colores, o la confección de patrones textiles más relajados a la ropa para que los usuarios proyectan profesionalidad sin sacrificar practicidad. 

Actualmente, con la evolución e implementación de tecnología en industrias como la minería, maquila o el sector energético, el uso de ropa que brinda movilidad, visibilidad, repelencia al agua o termoregulación a los trabajadores, ha garantizado la agilidad suficiente para desempeñar labores en condiciones extremas propios de estos sectores.

Después de todo, la ropa de trabajo es la evidencia más tangible de que el ámbito laboral progresa y lo seguirá haciendo. En la medida en que nuevos trabajos surjan, también lo harán nuevos elementos en la vestimenta que facilitarán el desempeño del empleado sobre toda las cosas. 


 

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