Pacientes con Hígado Graso, más vulnerables a COVID-19
Con motivo del Día Internacional de la Esteatohepatitis No Alcohólica (Non-Alcoholic SteatoHepatitis / NASH), el cual se conmemora el próximo 12 de junio, especialistas en gastroenterología y hepatología participaron en un webinar organizado por la farmacéutica medix, para informar más, sobre la función e importancia del hígado.
En la reunión virtual, se compartió que este órgano también se enferma y lo hace de manera silenciosa, acumulando exceso de grasa y provocando un importante trastorno metabólico, se le conoce como enfermedad de hígado graso no alcohólico.
Estudios indican que debido a su estrecha relación con la obesidad y la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA / Non-Alcoholic Fatty Liver Disease / NAFLD) se considera el padecimiento hepático crónico más prevalente a nivel mundial.
En México existen pocos estudios acerca de su prevalencia. En uno de ellos, realizado en la ciudad de Veracruz, se estudiaron 337 adultos y se encontró una prevalencia del 15.7%, que fue más alta en personas que viven con diabetes mellitus (28%). En otro estudio realizado en CDMX con 2 503 individuos que acudieron a una Unidad de Diagnóstico Clínico referidos por sus centros de trabajo, sin enfermedad evidente, se encontró una prevalencia del 17.1%.
Por su parte, el Dr. Leonardo Martínez Rodríguez, especialista en medicina interna y gastroenterología, argumentó que las personas que padecen de enfermedad de hígado graso no alcohólico tienen mayor probabilidad de presentar enfermedades cardiovasculares con infarto al corazón y de cerebro, e incluido el cáncer que se asocia con obesidad, como el cáncer de hígado, estómago, mama y colon.
También advierte que en otros países, la muerte por cirroris pasó del lugar 10 al lugar 4º en menos de cuatro años, y que en otros países, ha resultado la primer causa para el trasplante de hígado.
La Dra. Graciela Castro, gastroenteróloga y hepatóloga, presidente de la Asociación Mexicana de Hepatología, destaca que el 70% de las personas con obesidad tiene hígado graso, mientras que en las personas delgadas en donde se buscó EHGNA el porcentaje fue del 20 al 30%.
También recalca esta especialista, que se encuentra en el Instituto Nacional de Ciencias Medicas y Nutrición Salvador Zubirán brindando atención a pacientes con COVID-19, que de las personas que han ingresado al hospital por cuadros como el nuevo coronavirus, un 70 u 80% de éstos han presentado, una relación muy estrecha entre Hígado Graso puesto que existen alteraciones de las pruebas de funcionamiento hepático en estos pacientes.
En ese mismo sentido, la Dra. Eira Cerda, gastroenteróloga y hepatóloga adscrita en el Hospital Central Militar, comenta que el hígado graso no alcohólico se debe sospechar además de en personas con factores de riesgo como obesidad y sobrepeso, diabetes, alteración del colesterol o de los triglicéridos, hipertensión o alguna otra enfermedad metabólica, también en las mujeres, con síndrome de ovario poliquístico, y que en personas con diabetes la enfermedad podría evolucionar a fibrosis.
De acuerdo al reporte preliminar reciente “Implication of non-alcoholic fatty liver diseases (NAFLD) in patients with COVID-19, difundido por el Journal of Hepatology en marzo 20 del 2020, las personas con hígado graso, también tenían un mayor riesgo de progresión a COVID-19 grave y un mayor tiempo de eliminación viral. Con el aumento de la prevalencia global de hígado graso no alcohólico, puede sugerir que una gran proporción de la población podría estar en riesgo de COVID-19 grave.
El ultrasonido es el método que se utiliza de primera elección para detectar EHGNA en la práctica clínica.
La Dra. Edith González Aguirre, gastroenteróloga y pediatra, comenta que lo más importante es hacer mucha prevención, como en todas las enfermedades, desde la infancia hasta la edad adulta. “Como tip, hay que medir la circunferencia abdominal. En mujeres contemplar no más de 80 cm y en el caso de hombres que no rebase más de 90 cm, consumir alimentos antioxidantes y reducir la ingesta de azúcar”.
El tratamiento de la enfermedad hepática grasa no alcohólica consiste en tratar tanto la enfermedad hepática como las condiciones metabólicas asociadas tales como obesidad, hiperlipidemia, resistencia a la insulina y diabetes mellitus tipo 2.
La disminución de peso a través de una dieta balanceada tipo mediterráneo pero orientada a la gastronomía mexicana, el ejercicio diario, es parte de la estrategia terapéutica más efectiva para el hígado graso no alcohólico, tanto para su prevención como para su tratamiento. Una reducción del 10% en el peso corporal produce remisión de la esteatohepatitis hasta en el 90% de los pacientes y una reducción de la fibrosis hasta en el 45%.