Previsiones para el sector energético en Q2

Por Daniel Mendoza Ghio, Académico de la Universidad del Valle de México

 

Derivado del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, el precio del petróleo ha experimentado uno de los aumentos más importantes en los últimos ocho años, subiendo a 100 dólares por barril. Para que la cadena de suministro trabaje y funcione correctamente, se necesita del petróleo; y, el impacto en su precio hará que el costo de la refinación y de las gasolinas también se eleven. Si lo anterior lo trasladamos a que México es un país importador constante de gasolina, sin duda el impacto será inminente. El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) ya está subsidiado al cien por ciento, por lo que el precio de la gasolina ya no se podrá controlar.

 

Gasolina
Imagen: Pixabay

 

Se prevé que para mediados o finales del mes de marzo, México recibirá el primer impacto, reflejándose en un aumento en el costo de la gasolina de alto octanaje que podría llegar a los 25 o 26 pesos por litro. Lo que sucede es algo complicado, todavía falta observar cómo se va desencadenando; no es la primera vez que Rusia hace algo así y no ha tenido repercusiones, si recapitulamos lo que sucedió con Crimea, el contexto internacional no reaccionó ante ello.

 

Los inversionistas internacionales, especialmente aquellos de las Bolsas europeas y asiáticas, se enfrentan a una aversión al riesgo sumamente complicada, ya que las Bolsas de Valores cayeron drásticamente. En los últimos 5 años, no se había observado una caída de esta magnitud en las Bolsas de Valores y Bancos Internacionales.

 

Aunado a ello, en cuanto se confirmó la estrategia de desmilitarización de la frontera, el gas subió más de cuarenta por ciento en el mercado europeo. Cabe señalar que Ucrania es un punto geopolíticamente estratégico ya que cuenta con grandes fuentes de recursos, aquí la importancia para Rusia y para la Unión Europea.

 

La primera semana de febrero, la inflación cerró en 7.22%, además el gas doméstico y la gasolina de bajo octanaje ya venían incrementando su valor; factores que, en conjunto, repercuten en la cadena de suministro, aumentando los precios del transporte de mercancías. La inflación es un inhibidor del consumo y se puede convertir en una problemática generalizada, en la que, si se detiene el consumo, por ende la producción se verá afectada. Asimismo, de manera paralela tendrá efectos en el bolsillo de los mexicanos. Por ello, el Banco de México y la Reserva Federal Norteamericana deben implementar estrategias con el objetivo de frenar el aumento en las tasas de interés.

 

Las próximas semanas serán muy complejas para México. De hecho, para la primera quincena de marzo se espera un aumento considerable en la inflación. Ante esta situación, es importante que las familias mexicanas eviten los gastos innecesarios y los gastos hormiga. Pero, si cuentan con un empleo estable con el que pueden asegurar el pago de un crédito bancario o automotriz, o bien, meses sin intereses; es el momento conveniente para adquirir productos o servicios de esta manera, antes de que la tasa de interés suba.

 

En los siguientes meses, la incertidumbre económica continuará acrecentando, además se experimentará volatilidad en las transacciones internacionales. El riesgo se hará latente en estos momentos, en lo que se define cómo se va a desarrollar el conflicto entre Rusia y Ucrania.

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