¿Trastorno de atención o simple falta de concentración?
A través de un alianza estratégica, las especialistas de NEUROingenia, Erika Proal, Regina Ojeda y Mónica Férnandez, nos comparten algunos de los beneficios que los peluches pueden brindar a los niños pequeños durante su crecimiento. Las psicólogas de esta clínica para adolescentes y niños, voceras de la marca Build-A-Bear, en este caso nos platican de la concentración en los niños y la importancia de ésta.
La concentración ocupa un lugar fundamental, ya que sin ella no se logra una utilización al máximo de nuestras capacidades. La concentración, es un estado mental que permite refelexionar sobre una sola cosa y mantener la atención en ella, por lo tanto es vital al momento de estudiar y realizar actividades que son importantes en el día a día.
En las primeras etapas de desarrollo (un mes a seis años de edad), es crucial detectar si nuestro hijo está atendiendo de manera adecuada; para poder identificarlo las psicólogas recomiendan analizar los siguientes puntos clave, los cuales se dan en cada fase del desarrollo y nos pueden permitir darnos cuenta si nuestro hijo se encuentra dentro del rango normal:
· Antes del año: el niño logra seguir objetos con la mirada cuando se mueven en diferentes direcciones.
· De 1 a 2 años: el niño ya empieza a imitar lo que hacen los demás y puede quedarse escuchando una historia breve cuando se le está hablando a él. El niño logra mantener la mirada cuando se le está hablando.
· De 2 a 3 años: Aunque ya están más activos en el juego, puede mantenerse jugando con lo mismo hasta que termine, sin la necesidad de estar cambiando constantemente de un juego a otro.
· De 3 a 5 años: Se nota que el niño puede mantener su atención por periodos más largos de tiempo que antes. Puede mantener conversaciones sin perder el hilo. En el juego se concentra o al ver películas que son de su interés.
· De 5 años en adelante: En la escuela puede estar concentrado y finalizar las actividades que se le ponen. En casa puede seguir tiempos e instrucciones.
Se debe tener presente que hay una gran diferencia entre que un niño tenga un problema en la atención/concentración, a que esto pueda volverse un trastorno atencional, como el ahora conocido Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Si sospechas que tu hijo puede estar presentando TDAH, es muy importante contar con la opinión de un especialista, sin embargo los focos rojos son:
· Que la falta de atención ya esté perjudicándole en su desempeño escolar y social.
· Que lleve con ese problema más de seis meses.
· Que sea una constante y se presente todos los días.
· Que este problema vaya acompañado de falta de organización, planeación y de retención de información.
· Que al mismo tiempo se esté generando algún problema de conducta y fallas para quedarse en un mismo lugar.
Por lo anterior, es muy importante estar al pendiente para poder realmente delimitar si solo es un desfase en su proceso de atención o ya es un problema mayor. De cualquier forma hay muchas maneras de trabajar la atención, una de ellas es con la ayuda de un peluche, y qué mejor que hacerlo acompañados de un amigo de peluche de Build-A-Bear.
Build-A-Bear es un lugar en donde se puede crear, personalizar y dar vida a un amigo de peluche, ofreciendo la posibilidad de generar vínculos emocionales y crear compromisos a través de la diversión. Tiene como principal objetivo otorgar a los niños alegría en sus vidas, ofreciendo una experiencia única que brinda a los niños una variedad de beneficios para su desarrollo tanto psicológico, como personal.
Una característica muy particular de los menores es su gusto por el juego, es ahí donde los peluches Build-A-Bear pueden ayudar a nuestros hijos a trabajar y fortalecer habilidades atencionales, mezclando el juego con el estudio. Se puede trabjar en la atención selectiva, la cual es definida como la capacidad para mantener una atención concentrada entre distractores o estímulos que compiten. Por ejemplo, podrían realizar rompecabezas en donde una de las piezas la deba poner el niño y la otra el “peluche”, aunque lo haga el mismo niño; y así de esta manera, nos podemos dar cuenta del proceso que está llevando para acomodar las piezas.
Les podemos dar ciertas órdenes e instrucciones con pasos determinados a nuestros hijos para que consigan que el peluche logre alguna actividad, ya sea comer su platillo favorito o que realice alguna actividad cotidiana. El niño tiene que explicarle las instrucciones al osito con sus palabras y muy importante, uno debe explicarle al niño que cada vez que hable con el oso tiene que mirarlo bien a los ojos para que así el osito pueda entenderlo y que juntos realicen la actividad.
De la misma manera, este método funciona con niños más grandes, ya que los niños crean con facilidad un intenso vínculo afectivo con sus peluches. Para utilizarlo, se les puede decir que le lean cuentos a su oso y le expliquen en sus palabras lo que ellos están entendiendo, y así de esta forma puedes ir revisando si el niño está enfocando su atención en las ideas principales. Por esta razón, el tener a un peluche en casa con el que los pequeños se logren identificar, puede servir de estímulo para ayudar a los niños a concentrarse y acompañarlos hasta que terminen sus deberes y tareas escolares.