Reflexiones sobre la nueva regla 2022 para el cálculo de niveles socioeconómicos

Por: Iván Castro Rivadeneyra, director general en PQR Planning Quant

Recientemente la AMAI (Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercados y Opinión) publicó un documento que lleva el nombre de Nivel Socioeconómico AMAI 2022 nota metodológica.

Pirámide
Imagen: Pixabay

En esta nota se establecen los criterios que rigen la nueva regla para la determinación del nivel socioeconómico de los hogares mexicanos. En términos generales, la nueva regla solamente se diferencia de la anterior en los puntajes que se asignan a cada opción de respuesta a las seis variables del modelo. El documento es explícito en que, de haberse mantenido la regla previa, entre 2018 y 2020 la clase media habría aumentado 6 puntos porcentuales (niveles C+, C y C-) y la clase baja disminuido los mismos 6 puntos (niveles D+, D y E). Lo anterior habría llevado a la conclusión errónea que la pandemia causó una mejora en los ingresos de los hogares, nada más lejos de la realidad según lo reportado por otras fuentes como son CONEVAL (1) o INEGI (2). De hecho, CONEVAL calcula que entre 2018 a 2020 la población por debajo de la línea de pobreza extrema por ingresos pasó de 14.0% al 17.2% y la población por debajo de la línea de pobreza por ingresos de 49.9% a 52.8%. Por su parte INEGI, demuestra una caída brutal de la clase media entre 2018 y 2020 de 46.7% a 42.2% (de acuerdo con la serie histórica).

Ahora bien, analicemos qué puede decir a este respecto el modelo de niveles socioeconómicos. Textualmente el documento, Nivel Socioeconómico AMAI 2022 nota metodológica, dice “…se aprecia que todas las variables, a excepción del número de ocupados en los hogares y el nivel educativo del jefe del hogar, presentaron cambios positivos en las tendencias, que explican en buena medida los movimientos en la distribución nacional estimada”.

En otras palabras, cuatro de las seis variables utilizadas en el cálculo de nivel socioeconómico registraron crecimientos durante la pandemia lo que ocasionó el aparente aumento de la clase media y disminución de la base de la pirámide. Estas cuatro variables a las que hacemos referencia son: penetración de internet, baños completos, número de dormitorios y número de autos al servicio el hogar.

Más adelante el mismo documento confirma que “…CONEVAL también reporta un aumento de la pobreza y la pobreza extrema, lo que es un claro indicio de que la tenencia de estos bienes ya no se relaciona con el bienestar económico y social de la misma manera y que, a pesar de una acumulación de bienes, esto no se vio reflejado en un incremento de ingresos”. ¡Bueno!, con esta evidencia y los propios argumentos manifestados en la nota, es posible concluir que el modelo que sigue la regla de niveles socioeconómicos simplemente no es suficiente o consistente para captar cambios en los ingresos de los hogares derivado de situaciones tan extremas como fue la pandemia por COVID-19 en México.

La nota continúa en este tenor “Esto por sí mismo no es condición suficiente para plantear una recalibración del modelo…”. ¡Vaya!, a este punto, si lo anterior no es razón suficiente para redefinir el modelo totalmente, el que suscribe no sabría ¡qué sería entonces suficiente para hacerlo! Al final de cuentas, la regla ajustada 2022 lo más que puede asegurar es estabilidad en la distribución porcentual por nivel entre los años 2018 y 2020. Es decir, según la nueva regla, estaríamos exactamente igual que en 2018, más menos unas cuántas décimas de punto porcentual, hallazgo que resulta insostenible a la luz de lo que han reportado fuentes oficiales.     

Seguramente usted ya se está preguntando cómo pudimos haber llegado hasta aquí, sin una verdadera evolución del modelo. Entre las muchas respuestas a este cuestionamiento abordaremos las más técnicas. Para empezar el modelo debe cumplir con que sea único, es decir, una misma regla que puede aplicarse en las principales zonas metropolitanas del país y que permita la comparación entre ellas. Lo anterior lleva a evaluar si las zonas rurales merecen una regla aparte, pero dejaremos este tema para otro momento.

En segundo lugar, el nivel socioeconómico deber ser una característica asociada a los hogares y que heredan sus integrantes, es decir, todos los miembros del hogar comparten un solo nivel. Tercero, debe existir un componente económico (tradicionalmente relacionado con la infraestructura del hogar) y un componente social (cómo los miembros del hogar interactúan con su entorno).

Cuarto, los hogares solo pueden pertenecer a un nivel socioeconómico y ningún hogar puede quedar sin clasificación. Quinto, las variables que considere el modelo deben poder ser respondidas por cualquier integrante adulto del hogar. Sexto, el cálculo de nivel socioeconómico debe ser sencillo, esto es, a lo más implicar algunas operaciones aritméticas o cualquier otra alternativa que pueda ser aplicada con facilidad en los estudios de investigación. Séptimo, las variables deben estar altamente correlacionadas con el nivel de ingreso de los hogares, de tal manera que sirvan de pronóstico a la capacidad de gasto y de ahorro.

Dicho lo anterior, el reto de redefinir la regla de estimación de nivel socioeconómico de los hogares no es sencillo, sin embargo, desde nuestro punto de vista es posible, por lo tanto, merece la pena reflexionar sobre la manera en la que estamos usando estos modelos estadísticos que se mueven mucho más lento y torpemente que la realidad misma.

Fuentes:

  1. Medición multidimensional de la pobreza en México 2018.2020. CONEVAL. Agosto 2021.
  2. Cuantificando la clase media en México 2010-2020. INEGI. Noviembre 2021.
  3. Nivel Socioeconómico AMAI 2022 nota metodológica. Octubre 2021.
  4. Niveles Socioeconómicos AMAI, Manuel González. Segmento ITAM.

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