Antes las fotografías (entre otras evidencias de nuestra vida) estaban destinadas a vivir en nuestros álbumes físicos y a solo ser mostradas a los familiares y amigos que iban a nuestro hogar y con quienes queríamos compartir esos momentos. Sin embargo, con el auge de las redes sociales, ha aumentado la sobreexposición de nuestros niños en la plataforma, desatendiendo un tema de seguridad