La propiedad intelectual, oportunidad de crecimiento y desarrollo de las PYMEs

Por Fernando Becerril *

 

En un mundo globalizado como el actual, el cambio tecnológico, la transformación social y lo que las empresas y los consumidores necesitan, dictan las tendencias de negocio. La oportunidad de identificar oportunidades de negocio, comenzar a desarrollar proyectos y sobresalir en el complejo y competido mundo de los mercados comerciales, es tierra fértil para todos aquellos que emprenden y que inician (o transcurren ya) por el camino del emprendimiento, donde creación de empresas, definición de estrategias, planes de negocio, mercados, activos intangibles, entorno digital, nichos y oportunidades se presentan día a día.


La propiedad intelectual, oportunidad de crecimiento y desarrollo de las PYMEs
Imagen de Olivier Le Moal para Shutterstock

Como resultado del crecimiento de necesidades y oferta de soluciones, es que diariamente se crean nuevas empresas, muchas de ellas dentro de las denominadas PYMEs.   De acuerdo con datos del INEGI, más del 90% de las empresas en nuestro país se consideran empresas pequeñas y medianas, las cuales ofrecen poco más de 75% de las fuentes laborales en México con un aporte por encima del 40% al PIB de país. Así de relevante es la participación de las PYMEs en el entorno económico nacional, y por ello, es también importante que estas unidades económicas tengan claridad sobre las posibilidades que existen para hacer crecer sus industrias.

 

Actualmente, el escenario de inversión es favorable para el emprendedor, y en esa medida, hay políticas públicas que favorecen y promueven la generación de tecnología. Existen clústeres tecnológicos en las diferentes regiones del país que apoyan el desarrollo económico regional promoviendo conexiones entre los sectores públicos y privados. Por otro lado, y a pesar de la complejidad que ello representa en la actualidad, hay iniciativas para desarrollar el ecosistema de emprendimiento e innovación que están dirigidas a impulsar la generación y el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas innovadoras, así como a aprovechar el potencial de las universidades y los centros de investigación y vincularse con los procesos de generación y comercialización de tecnología.

 

En la sociedad del conocimiento, las oportunidades de negocio se crean a partir de la identificación de solución ante un problema que es difícil de resolver o que requiere modificarse y mejorarse para ser más eficiente o productivo.

 

¿Cómo hacer que el gran potencial de las innovaciones se aproveche?  Obtener los derechos de propiedad intelectual de estas innovaciones permitirá a las empresas una apropiación legal adecuada que, por una parte, disminuya el riesgo de que algún tercero explote comercialmente un derecho obtenido y que exista la posibilidad de defenderlo, y por otra, que se pueda comercializar la tecnología con beneficios económicos para su creador. Es en esta situación donde las palabras: patente, marca registrada, diseño industrial y modelo de utilidad, entre otras, adquieren una relevancia que desafortunadamente con mucha frecuencia no es considerada por los empresarios independientemente del tamaño de sus empresas.  

 

Es muy común que no se considere dentro de los pasos estratégicos de las empresas la obtención de los derechos de propiedad industrial que permitan proteger desde los signos distintivos que identifican a sus negocios y/o productos hasta los desarrollos tecnológicos que hayan generado. En muchas ocasiones esto sucede por desconocimiento de la existencia de estos derechos, y en otras por la errónea idea de que proteger los activos intangibles de las empresas es solo un beneficio al que tienen acceso las grandes industrias.  Como resultado, las micro, pequeñas y medianas industrias se ven involucradas en situaciones que comprometen no solamente la comercialización de sus productos o servicios, sino la permanencia en el mercado.

 

Hoy en día, los activos intangibles de las empresas son sobre los cuales éstas basan su desarrollo y crecimiento. Por ende, deben ser considerados como estratégicos en la planeación de los negocios.  Un análisis profundo y bien asesorado sobre los activos que tienen las empresas permitirá identificar las estrategias adecuadas para que, de manera sólida y correctamente protegida en todos los ámbitos, su crecimiento contribuya a consolidar el desarrollo de la industria nacional.  Emprender cuesta mucho trabajo y no debemos permitir que una inadecuada protección legal del capital intelectual ponga en riesgo todo ese esfuerzo, trabajo duro y entusiasmo, cortando las alas a los empresarios que han apostado a ser mejores cada día, detectar oportunidades, crecer y alcanzar metas.  Es un trabajo en colaboración, para fortalecer a nuestro sistema empresarial con el consecuente impacto en el desarrollo social y económico de nuestro país.

 

*Por Fernando Becerril , socio y director de desarrollo empresarial y negocios de BC&B

Version Digital NEO

Revista NEO 297

 


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