Oficina u hogar, ese es el reto

El internet está ocasionado cambios drásticos en la forma de organización y de ver las relaciones laborales.

Por Gerard Yong

Home Office

Pocos podrían esperar que el curso de las relaciones laborales pudiera resumirse en la encrucijada de Shakespeare, es decir, al menos en lo que respecta a las oficinas corporativas y otros lugares administrativos. El sistema de trabajo iniciado durante la revolución industrial requería de gente agrupada dentro de instalaciones adecuadas para desempeñar las actividades productivas, muchas de ellas en forma lineal. Trescientos años después este concepto ha entrado en conflicto con nuevas tendencias creadas por el internet: ¿trabajo en oficina o en casa?

Desde que la red comenzó a popularizarse en 1997 de manera masiva, se han visto notables avances en el aumento de aparatos electrónicos como tabletas, laptops, computadoras domésticas y de oficinas. Eso también trajo como consecuencia la creación de infraestructuras digitales con conexiones cada vez más ágiles para las diversas necesidades empresariales y corporativas.

Hoy se puede trabajar desde una oficina con servicios digitales. Hace apenas una década, el proceso de digitalización comenzó a fortalecerse y quizás los avances más notables que se hayan registrado en ese periodo han sido la evolución de los dispositivos de almacenamiento y la infraestructura de banda ancha basada en fibra óptica, en sustitución del cobre.

"Los estilos de trabajo inteligentes como el smart office están diseñados para satisfacer las necesidades de los trabajadores, sobre todo dentro de sus espacios de trabajo. Hacer crecer un negocio sería relativamente más difícil, frustrante y ocioso sin la tecnología móvil, aquella a la cual le depositamos toda nuestra confianza todos los días para hacer nuestro trabajo más fácil", comentó Nicole Obaid, de RLA Communications, empresa estadounidense dedicada a la consultoría en comunicación digital, “Las compañías tienen que asegurar que la información fluya mediante el uso de la tecnología correcta y que las personas correctas están trabajando de la mano con esta tecnología, dándoles el poder de administrar la información que va del punto A al B. Pronto, los negocios van a necesitar tecnología propia, gente e información interconectada y todo trabajando simultáneamente. La meta final es tener la información correcta, para las personas correctas, dónde y cuándo la necesitan”.

¿Se acuerdan de aquella clásica imagen del hombre de negocios sentado en la mesa del jardín tomando café, mientras leía el Wall Street Journal? La situación arrebataba suspiros en la gente al pensar que algún día pudiera trabajar de esa forma, con comodidad y sin las presiones de supervisores o directivos. Aquí es donde también surgieron trabajos como el del escritor de libros o de artículos variados, artistas plásticos que vendían su talento sin estar presentes en una oficina

La verdad es que esto está a punto de ser una realidad a comienzos de la actual década.

Es evidente la enorme dependencia que nuestra civilización tiene del internet. En la actualidad, se ha cumplido el sueño de alguna vez trabajar desde la casa, a esta forma laboral se le conoce como "home office". Antes de la red, muy pocas cosas se hubieran podido realizar como trabajo en casa, ahora es una tendencia que se ha expandido a niveles corporativos y se espera que todavía se disemine hasta la médula de nuevos reglamentos laborales.

A este concepto se contrapone el de smart office, cuya implantación comenzó a establecerse en años recientes. En realidad es un término que compite por superar al de "home office". El sistema de trabajo en casa podría ayudar no sólo a recortar las responsabilidades empresariales como la llegada oportuna a la oficina, el vigilante desempeño a los ojos de los gerentes y asesores, el control de la eficacia laboral bajo la constante supervisión de mandos medios y la eliminación de riesgos intralaborales en el personal.

Aunque se especula que el home office podría eliminar prestaciones como la seguridad social, la pensión, los premios por trabajo individual o los bonos de productividad, se espera que la contratación aumente, pues estas prestaciones han sido un fantasma que ha agobiado a las empresas durante años.

La posibilidad de que este sistema de trabajo aterrice con más fuerza en los próximos años es casi tan seguro a tal grado que obligará a la infraestructura digital y al internet en sí, a desarrollarse constantemente, creando nuevos conceptos en los que el trabajo podrá diversificarse sin necesidad de infraestructura corporativa o, a un nivel mínimo de presencia física. De cualquier forma, la opción de trabajar en una oficina, no quedará arrinconada debido a las necesidades de empresas que requieren aún el trabajo presencial.

“El smart office se podría definir, como el trabajo inteligente dentro de las organizaciones. Por otro lado, para atraer el talento, las organizaciones deben adaptarse a las nuevas formas de trabajar”, comentó la experta. “En la actualidad, con los dispositivos móviles y la aparición de la nube, el trabajo está en cualquier sitio, no es necesario un lugar físico para desarrollar la actividad laboral. Es por ello que las empresas mexicanas requieren incorporar la tecnología adecuada para que sus colaboradores puedan trabajar de manera remota, por ejemplo, desde casa”.