Sobrevivir ante la adversidad

Por Sharahí Zamudio, investigadora de temas de liderazgo y Directora de Licuadora, empresas de soluciones integrales de comunicación.

La longanimidad o grandeza de ánimo en las adversidades en la prueba de fuego que ahora enfrenta el liderazgo en el mundo. No se trata de buscar super héroes o seres carentes de miedo, sino de personas capaces de actuar de manera correcta ante la adversidad.

Adversidad

 

En Licuadora, un equipo multidisciplinario ideó un decálogo para generar resiliencia de las crisis y obtuvimos diez consejos que cada uno de nosotros puede emplear en cualquier crisis es su vida.

  1. Crisis es parte de la vida. Los problemas representan oportunidades. Sortearlas es pare de nuestro crecimiento personal y profesional.
  2. Aprendamos a relativizar. El pánico nos hace percibir los problemas como interminables y terribles. Conviene que tomemos distancia y veamos qué lecciones y oportunidades nos ofrece la crisis para poder aprovecharlas.
  3. Asumir el cambio y transformarnos. El cambio viene de fuera hacia dentro, la transformación va de dentro hacia fuera. El primero es efímero; la segunda, estable.
  4. Aprendamos a progresar con la crisis, a cuestionar y a indagar por el bien común. Desarrollemos nuestra capacidad crítica y nuestro criterio. No conformarnos con la resignación y el miedo, sino luchar, sobre esforzarnos, entregarnos y cooperar para crecer haciendo crecer a los demás.
  5. Crear y pensar de manera diferente. Aprovechar el nuevo escenario para reinventar nuestros hábitos y patrones de conducta. Conviene que desafiemos la rutina, rompamos la inercia, demos la vuelta a nuestro mundo y seamos rebeldes constructivos.
  6. Superarnos a nosotros mismos. Si queremos superar la crisis, hemos de superarnos a nosotros mismos en cada instante. Debemos convertirla en el desafío que nos lleva a extraer lo mejor de nosotros mismos en cada momento.
  7. Cultivar el optimismo y la confianza basada en la realidad. Es mejor dejar de hablar de fantasmas o amenazas y actuar en la realidad, dando siempre lo mejor de nosotros mismos. El destino es aquello que nos sucederá seguro si no hacemos nada para evitarlo.
  8. Integridad. Solo si cumplimos lo que prometemos y predicamos con el ejemplo seremos de confianza, y únicamente siendo de confianza seremos capaces de generar el compromiso en los demás.
  9. Buscar el sentido. Tenemos que vivir el duelo por lo que hayamos perdido, no es bueno negarlo. Pero podemos quedarnos con lo bueno del pasado, agradecerlo y hacer que esa gratitud crezca en nosotros y se convierta en un don que podremos entregar a los demás para que sus duelos sean más soportables y sus vidas mejores.
  10. Amar Si la vida tiene sentido es por el amor y por lo que este genera: belleza, verdad, calidad, bienestar, plenitud, alegría, felicidad y todo lo mejor que podemos vivir. Hemos de convertirnos, en lo personal y en lo colectivo, en una fuente deliberadamente consciente y activa de todo ello. La crisis es mucha menos crisis si amamos y nos sabemos amados.