La tecnología, motor de la economía este año
Este año no solo está marcado por la emergencia sanitaria del coronavirus. Ha servido para dejar patente que la tecnología es ya el principal motor que mueve el mundo de la economía a escala global.
Este año no solo está marcado por la emergencia sanitaria del coronavirus. Ha servido para dejar patente que la tecnología es ya el principal motor que mueve el mundo de la economía a escala global. Las restricciones aprobadas en buena parte del planeta han puesto a prueba la viabilidad del teletrabajo y de un ocio 100% digital y sin contacto físico. Los resultados, hasta la fecha, han sido satisfactorios. ¿Pero seguirá este motor funcionando a pleno rendimiento? A continuación, vamos a hacer un breve repaso de este escenario que estamos viviendo.
Las bolsas, impulsadas por el tirón de las tecnológicas
Los principales índices bursátiles del mundo, con el poderoso DAX 30 en Europa o el mítico NASDAQ en América, están resistiendo la crisis actual en buena medida gracias a la fortaleza de las grandes empresas tecnológicas. Cada vez aglutinan una mayor parte del pastel bursátil y son ya el principal pilar de las finanzas mundiales.
Un mercado liderado por verdaderos gigantes
Lo que parecía imposible ha pasado: una tecnológica superando la barrera psicológica de los 2 billones de dólares (sí, has leído bien, con b). Hablamos, como no, de Apple. Le siguen de cerca otros colosos como Amazon, Google o Netflix, todos ellos con capitalizaciones bursátiles en máximos históricos. Gracias a estas empresas, la maltrecha economía mundial sigue apuntalada y resistiendo, a pesar de la publicación de datos macroeconómicos que dibujan un escenario financiero bastante incierto.
Algunos desafíos que podrían amenazar este reinado
El principal es el riesgo propio de cualquier dato digital. Nos enterábamos a principios de septiembre que el 70% de las empresas han sufrido ataques cibernéticos durante la pandemia de la COVID-19. Los problemas de seguridad siguen siendo uno de los principales escollos que amenazaban la buena salud de las nuevas tecnologías. Filtraciones de datos, hackeos y peticiones de rescate para cesar ataques informáticos siguen siendo el pan de cada día de muchas empresas con base tecnológica.
Aparte del desafío de la seguridad, inevitable en la era digital, el hastío puede ser otro factor que amenace el impulso alcista del sector tecnológico. Y es que cada vez son más las personas que se ven obligadas a utilizar dispositivos electrónicos para trabajar, por lo que quizá ponerse Netflix al final del día o echar una partida con la PlayStation no sea lo más apetecible. No podemos obviar que el crecimiento del sector tecnológico va directamente ligado al aumento de la base de usuarios. La saturación tecnológica es cada vez una amenaza más real para toda esta industria. Basta con ver el caso de la periodista española Mar Cabra.
En conclusión, el sector tecnológico ha permitido evitar una catástrofe financiera mayor en un año tan atípico como este. Tras los desplomes sufridos en marzo, las grandes empresas tecnológicas han conseguido revertir la situación. Además, han demostrado estar preparadas para reemplazar buena parte de las actividades laborales y personales que hasta hace apenas unos años requerían un cara a cara físico. Es indudable que afrontan algunos desafíos, pero parece difícil concebir un mundo sin su reinado.