Acelerar decisiones
Por Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, consultoría empresarial y banca de desarrollo.
Reducir los tiempos de gestión determinan la sobrevivencia en el mercado pandémico, recesivo y cauto. La respuesta inmediata a las necesidades y expectativas de los consumidores implica transformaciones radicales en las empresas.
La estrategia poco clara y la toma de decisiones lentas con frecuencia interfieren con los intentos de aumentar la velocidad a la que se realiza el trabajo. Los líderes ven tres oportunidades principales para superar estos desafíos: construir mecanismos de toma de decisiones más rápidos, mejorar la comunicación interna y la colaboración, y aumentar el uso de la tecnología.
Los silos organizacionales, la estrategia poco clara y la toma de decisiones lentas con frecuencia interfieren con los intentos de aumentar la velocidad con la que se realiza el trabajo.
Debido a la pandemia, cambia la forma en que las organizaciones trabajan. Aparecen ajustes tácticos en áreas como la estructura y la cadencia de reuniones y la gestión diaria, el liderazgo y la gestión del talento, el uso de la tecnología y la innovación.
Algunos de estos cambios permanecerán en su lugar aún cuando termine la pandemia. Por ejemplo, el trabajo remoto e híbrido. El 55% por ciento de los líderes prevén que al menos la mitad de la fuerza laboral de su organización será total o parcialmente remota después de la crisis.
Ahora, sin importar el sector económico al que pertenezcan, los líderes empresariales reconocen que la velocidad es primordial para mantenerse en el mercado. Esta percepción se acentuó durante estos tiempos de flujo e incertidumbre. Se subraya la necesidad de reaccionar más rápidamente a los cambios del mercado como la necesidad de reducir los costos, aumentar la productividad o comprometerse más eficazmente con los clientes.
En general, los líderes de las organizaciones que son significativamente más rápidas que sus competidores, reportan mayor rentabilidad, resiliencia operativa, salud de la organización y crecimiento. Además, la velocidad es un predictor crucial de cada uno de estos resultados.
Sin embargo, a pesar de la importancia de la velocidad, es difícil de lograr. Acelerar las acciones y decisiones puede implicar la reelaboración de muchas de las construcciones de larga data dentro de las empresas.
En todas las industrias, los silos organizacionales, lenta toma de decisiones y falta de claridad estratégica son los factores que limitan la velocidad en la que las organizaciones realizan el trabajo. Las políticas rígidas y la jerarquía formal también surgen como factores comunes en un puñado de industrias.
Si bien los silos organizacionales pueden ser un desafío más común, los hallazgos muestran que la toma de decisiones lenta es el factor que separa más fuertemente a las organizaciones más lentas de las más rápidas. Aunque ninguno de estos desafíos es nuevo, pueden ser más agudos porque el ritmo del cambio aumenta y la crisis COVID-19 representa una amenaza inmediata para los ingresos.
Ante la necesidad de implementar tecnologías que permitan a las personas trabajar de forma remota, los líderes toman la oportunidad para acelerar la adopción de tecnología y la innovación en la empresa. Asimismo, las empresas alientan a sus colaboradores a comunicarse más, en parte para compensar la falta de encuentros en persona.
En general, para lograr mayor velocidad en el trabajo, se privilegian tres áreas: toma de decisiones más eficiente, una comunicación más clara y el uso de la tecnología para interactuar mejor con los clientes y empleados.