Modelo biopsicosocial, para un mejor abordaje de la depresión

La farmacéutica Lundbeck, especializada en la investigación y desarrollo de fármacos para el sistema nervioso central, durante el Press Day 2021 denominado ‘Depresión y Género: En Femenino y en Plural’, para poner al descubierto los hallazgos en el abordaje de la Salud Mental por el Género, y en padecimientos como la depresión y la esquizofrenia, dió a conocer algunos hallazgos encontrados recientemente sobre el abordaje y la investigación de enfermedades en el sistema neurológico central.


Modelo biopsicosocial, para un mejor abordaje de la depresión
Imagen de George Rudy

El Dr. Edilberto Peña de León, médico neuropsiquiatra y director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso (CISNE México) afirmó que “en el caso de la mujer, el infra diagnóstico se da en menor medida que en el género masculino, ya que es más aceptado culturalmente el hecho de que ellas comuniquen sus alteraciones emocionales en mayor medida que los varones”.

 

A partir de los datos de género de este trastorno de la conducta, surgen dudas sobre si el ser mujer es un factor de riesgo para sufrir depresión: ¿por qué existe este sesgo de género en la depresión?, y ¿qué pesa más, la biología o los condicionantes sociales y la brecha de género para que haya más mujeres con problemas de depresión?

 

Se debe distinguir que hay diferencias en los géneros femenino y masculino, en el padecimiento de la depresión.

La manera más convincente de establecer las diferencias que hay en el desarrollo de este padecimiento en las mujeres y hombres, es recurriendo  a un modelo biopsicosocial en el que intervienen factores biológicos, sociales y estresantes personales. Así, la Dra. Jacqueline Cortés, médico psiquiatra y presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM), aseguró que hay “múltiples determinantes, desde los biológicos que tienen que ver con sus cambios hormonales (adolescencia, embarazo y climaterio), hasta los culturales y sociales (como la violencia hacia el género femenino), así como la vivencia emocional que se tiene de los eventos vitales y su comunicación hacia los demás”.

 

Entre los factores biológicos, son varios los procesos involucrados en la propensión de las mujeres a la depresión: una predisposición genética, las fluctuaciones hormonales y una sensibilidad indebida a las hormonas en los sistemas cerebrales que median los estados depresivos. En lo que respecta a las hormonas, se sabe que la incidencia de la depresión en mujeres se incrementa alrededor de las épocas de transiciones hormonales: la adolescencia, el embarazo y la menopausia.

 

Junto a los factores biológicos, se suman factores sociales asociados al género, como son el papel maternal, las exigencias culturales relacionadas con el cuerpo y la belleza, el rol profesional o la discriminación laboral, así como los factores vinculados a diferentes etapas vitales más frecuentes en las mujeres como los abusos sexuales, estrés por infertilidad, violencia de género o síndrome del nido vacío, entre otros, sin olvidar los factores personales.

 

La especialista resaltó: “todos estos factores son igualmente importantes. Resulta imposible aislar unos de otros; de hecho, ese enfoque sería equivocado. Definitivamente, hay trabajo pendiente en todos ellos si queremos reducir la depresión en las mujeres”, señaló la experta.

 

Depresión en la mujer mayor

 

Podríamos pensar que, una vez pasada la menopausia y las fluctuaciones hormonales, desaparecería el sesgo de género en la depresión. Pero las investigaciones apuntan a que esto no es así: una revisión  mostró que el 81% de los estudios acerca de la diferencia de género en los ancianos ha encontrado que las mujeres mayores tienen más probabilidades de ser diagnosticadas de depresión o una mayor cantidad de síntomas depresivos en comparación con los hombres mayores.

 

De acuerdo con el Dr. Peña de León tras el climaterio, “la disminución en los estrógenos afecta la comunicación neuronal, además de los factores sociales y culturales que tienen que ver con esa edad, el síndrome del nido vacío, la jubilación laboral y el reencuentro con las parejas al irse los hijos. Sin olvidar, además, las enfermedades crónico-degenerativas y la muerte de los pares”.

 

Como conclusión, el experto aseguró que la depresión “se tiene que tratar de modo personalizado, ver la prudencia de dónde comenzar el manejo, qué prioridades son las más importantes y cómo ir resolviendo todos los problemas para tener éxito”.

 

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