Brand Safety: El mercado es quien debe marcar la pauta, no las plataformas

Por Ana Trejo Vázquez*

El debate sobre la seguridad de las marcas en el entorno digital ha cobrado gran relevancia por el creciente uso de sitios hechos para publicidad (MFA: made-for-advertising, por sus siglas en inglés) y el contenido generado por IA. 


 Brand Safety: El mercado es quien debe marcar la pauta, no las plataformas
 Brand Safety: El mercado es quien debe marcar la pauta, no las plataformas

Aunque algunos exigen que las plataformas publicitarias implementen más controles sobre estos contenidos, la pregunta central es si deben ser las plataformas las que definan qué es seguro para las marcas o si el mercado debe tener esa responsabilidad.

Cada sitio que monetiza a través de la publicidad, en teoría, está "hecho para publicidad". Si recordamos la época dorada de los periódicos, muchos estaban saturados de anuncios. Si trasladamos ese modelo al Internet de hoy, muchos de esos medios podrían ser etiquetados injustamente como MFA. 

La realidad es que, si bien hay sitios que abusan del modelo publicitario, no podemos castigar todas las propiedades que dependen de la publicidad para financiarse.

El factor diferenciador entre editores suele ser la cantidad de recursos disponibles. Los editores más establecidos pueden diversificar sus ingresos mediante suscripciones y acuerdos con plataformas de comercio electrónico, mientras que los editores más pequeños dependen casi que exclusivamente de la publicidad programática abierta y rara vez consiguen acuerdos directos o aparecen en mercados seleccionados. 

Un editor legítimo, pero con pocos recursos, puede comenzar a generar ingresos programáticos y, al crecer, ajustar su estrategia para mejorar la calidad de su oferta. Sin embargo, si es etiquetado como MFA y excluido del mercado, perdería esa oportunidad de crecimiento. No debemos aplicar controles automáticos generales que excluyan a editores legítimos por no cumplir con un estándar de calidad arbitrario. 

En otro contexto está el contenido generado por IA, éste ha generado preocupaciones sobre su capacidad para atraer lectores y monetizar su atención de manera más efectiva que los editores humanos. 

Aunque los editores temen la competencia de estos sitios, los anunciantes no parecen preocuparse demasiado, siempre y cuando no haya fraude publicitario. La interacción con el contenido sigue siendo válida si los usuarios están comprometidos con la campaña, incluso si el entorno no es del agrado de todos. 

Al final, corresponde al mercado decidir: si los anunciantes rechazan masivamente este tipo de contenido, surgirán mercados que excluyan a los editores de IA, de lo contrario, las plataformas publicitarias no podrán impedir que los anunciantes accedan a las audiencias dondequiera que estén.

Finalmente, las plataformas publicitarias deben actuar como intermediarios entre la oferta y la demanda, asegurando que se excluya cualquier actividad delictiva o inapropiada, pero dejando que el resto de las decisiones recaigan en el mercado. La seguridad de la marca no es un problema a resolver, sino un equilibrio que debe ser logrado y responsabilidad de los actores en el ecosistema digital.

 

*Ana Trejo Vázquez es directora de Desarrollo de Publishers, MGID Latam.

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