43 Aniversario de la primera llamada a celular
Por Jorge Corti y Javier Medina, de The CIU
La semana pasada se cumplieron 43 años de la realización de la primera llamada a través de un teléfono celular. Fue el 3 de Abril de 1973 que Martin Cooper, a quien se le atribuye la invención del primer celular, realizó la llamada a su rival de negocios en Manhattan, Nueva York. El dispositivo permitía un uso de 30 minutos de llamada por cada 10 horas de carga y no fue lanzado al mercado hasta 10 años después. Actualmente, nuestros smartphones permiten un uso ininterrumpido por 24 horas o en algunos dispositivos más que eso, con una carga completa de batería de alrededor de dos horas y tan sólo toma unos días o semanas desde su lanzamiento para llegar a venderse en el mercado masivo.
El avance tecnológico celular ha permitido pasar de la generación de llamadas a través del celular, a la transmisión de información, datos y conectividad en y entre dispositivos. Ello al transitar de la primera generación celular, hasta la cuarta y una incipiente quinta, que conceptualmente define una provisión constante y muy veloz de la conectividad en los smartphones.
A 43 años del inicio de la comunicación móvil por celulares, este avance tecnológico también se tradujo en una adopción masiva. El uso de celulares en el país alcanza una penetración de 88.6% entre la población, equivalente a una base de 107.8 millones de celulares en México al finalizar 2015. Entre estos dispositivos, suman un coeficiente de 71.7% el número de smartphones (77.3 millones), derivado su acelerado e incesante crecimiento en adopción, consecuencia de su reducción de precio y ofrecimiento de mayores capacidades tecnológicas atractivas para los usuarios.
Al segmentar la base total de celulares, encontramos que la gran mayoría (92%) sólo es compatible con redes tecnológicas de segunda y tercera generación (2G y 3G), es decir, que no hacen uso o que carecen de la cobertura y capacidad para recibir servicios de última generación (4G).
Dentro de la evolución de la tecnología celular, la Segunda Generación (2G), basada en un estándar tecnológico GSM / GPRS / CDMA / iDen, permite la generación de llamadas y transmisión de mensajes cortos (SMS). Mientras que la Tercera Generación (3G) definida bajo un estándar tecnológico UMTS / HSDPA / HSUPA / CDMA2000, habilita, además de los servicios anteriores, la conectividad de banda ancha móvil que permite acceder a múltiples aplicaciones o herramientas de comunicación (Redes Sociales y Mensajería Instantánea), entretenimiento, productividad, navegación en internet, entre otras.
La Cuarta Generación (4G) con un estándar tecnológico HSPA+ / LTE, permite todos los usos y aplicaciones antes mencionados. Adicionalmente, voz por internet, transmisión y recepción de video y audio de alta calidad y en vivo, entre otras aplicaciones avanzadas; en esta generación se concentra 8.4% de los celulares.
Es un hecho que el uso de los celulares se ha diversificado en varias actividades. Actualmente, 64% de las personas utiliza su dispositivo móvil para chatear, 55% lo ocupa para ver redes sociales, 34% realiza búsquedas en la web, 18% reproduce videos, apenas 12% hace llamadas (el fin por el cual fueron diseñados estos dispositivos inalámbricos) y sólo 5% utiliza estos dispositivos para jugar.
Resulta innegable que la tecnología celular se ha vuelto prácticamente indispensable en la vida cotidiana. A pesar de las limitaciones que enfrenta 2G y 3G, ya existe una pauta a seguir para asegurar una provisión de servicios móviles más eficiente con mayor calidad y continuidad. Hoy es motivo de celebración que desde hace 43 años, los esfuerzos de fabricantes de celulares y operadores de telecomunicaciones móviles estén enfocados en alcanzar precisamente ese cometido.
La asequibilidad actual de servicios y dispositivos móviles ha derivado de la creciente competencia, así como consecuencia de la innovación. Cabe esperar que en el mediano plazo, cada vez seamos más los mexicanos que se beneficien de servicios móviles y conectividad de última generación, en razón de una reducción más acentuada en el nivel de precios de los datos móviles, como consecuencia de la esperada gestación de competencia efectiva en el mercado.