Rápidos, pero no furiosos
Por Sharahí Zamudio, investigadora de liderazgo y directora general de Licuadora, empresa de soluciones integrales de comunicación.
Adaptarse al cambio y evolucionar marcará la diferencia entre las empresas que se consolidarán en el mercado y las que no lograrán responder a las nuevas expectativas de los consumidores. Sin embargo, el futuro ya está aquí. Urgen transformaciones y equipos de trabajo veloces para implementar las innovaciones necesarias.
Pero no sólo hace falta rapidez. También armonía y felicidad entre quienes se involucran en los proyectos. La carrera más difícil de vencer nos ha llegado. ¿Estamos preparados?
Un rasgo crucial en el actual liderazgo es trabajar con colaboradores que tengan como misión esencial ser rápidos. Esta característica no es fortuita. Implica solidez, estrategia y enfoque a resultados. Los equipos sólidos se integran con personas especializadas en diferentes áreas para generar soluciones integrales. La parte medular de la estrategia es comunicar los objetivos, entregables claros por cada miembro del equipo y evaluar avances en periodos cortos para poder hacer cualquier ajuste necesario. Un líder de nuestra era debe ser un comunicador claro.
Cuando ya se tiene el equipo es hora de trabajar contra reloj. Razonar no sólo la gran meta final sino vislumbrar y determinar cuáles son los logros parciales a lo largo de la carrera. Los vehículos que cada colaborador porte deben ser auténticos. Es decir, cada puesto de trabajo es minuciosamente predeterminado para que lo ostente quien de manera orgánica o natural pueda desempeñarlo. No sólo es preestablecer destrezas técnicas, también implica determinar los rasgos de personalidad y actitudes idóneas para el mismo.
Dotar de poder a cada uno de los miembros del equipo aumenta la velocidad de acciones y decisiones. Pero para ello deben informarse en tiempo real obstáculos, avances, apoyos, debilidades, nuevos retos…mapear el terreno.
Las destrezas individuales cuentan, pero también la capacidad de adaptación y colaboración. Organizar talentos dispersos e incrementar su potencial es tarea del líder siempre, pero más en las épocas recesivas.
Finalmente, aunque no en menor grado, es necesario conformar equipos de trabajo sustentables, con una alta dosis de valorización propia y autogestión. Llegar a la meta es un trabajo de todos.
Este es el mapa de los líderes post Covid-19:
Sólidos
Estratégas
Resilientes
Racionales
Auténticos
Poderosos
Informados
Directos
Oportunos
Sustentables