Cuidémonos de dentro hacia afuera

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, existe una proporción de pacientes que sufren una respuesta inflamatoria, ya sea vascular o del sistema circulatorio, cuando padecen enfermedades causadas por bacterias o virus, afectando los mecanismos de defensa dentro de su sistema inmune, mayormente en personas con enfermedades crónico-degenerativas como obesidad, hipertensión o diabetes.


Cuidémonos de dentro hacia afuera

México destaca por tener un alto índice de personas que viven con sobrepeso, obesidad y diabetes, jugándose constantemente entre el 1º y 2º lugar a nivel mundial en estas enfermedades que desde hace algunos años se han considerado como una pandemia. Hoy más que nunca, estos grupos de riesgo son el foco principal ante el nuevo coronavirus que provoca mayores complicaciones, secuelas e inclusive la muerte.

 

El Dr. Ernesto García, especialista en Medicina Interna y Endocrinología, comenta que el COVID-19 en personas con obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades asociadas, existe un estado inflamatorio generalizado (particularmente de los vasos sanguíneos) y esto provoca una mayor predisposición a formar coágulos que obstruyen las arterias y las complicaciones ocurren, afectando el sistema respiratorio. En este punto, la vitamina D forma parte de un concierto de hormonas que van a regular la actividad de otros mediadores (conocidas como citoquinas inflamatorias), los cuales tienen mucho que ver con el estado de inflamación, y en este sentido, la vitamina D reduce la velocidad con la que se van produciendo.

 

“Personalmente he atendido a 70 personas con COVID-19, a las cuales se les ha administrado una dosis personalizada de Vitamina D, en quienes la enfermedad ha sido menos severa y afortunadamente ninguno ha fallecido”, comenta el Dr. García Rubí.

 

Diversas instituciones médicas han realizado estudios donde se está acumulando abundante evidencia de que la administración de vitamina D regula la expresión de uno de los receptores del sistema hormonal que regula la presión sanguínea (Receptor ACE2) notablemente a nivel tisular del pulmón y vasos sanguíneos. De esta manera, la vitamina D bloquearía el daño pulmonar inducido por la actividad exagerada del RAAS (Sistema Renina-Angiotensina o Sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona).

 

En la búsqueda de terapias y soluciones eficaces que ayudan a estos grupos vulnerables y a la sociedad en general a mantener un sistema inmune sano, llueven consejos que van desde un nuevo replanteamiento de dieta y alimentación, así como el fomento de actividad física, cuestiones clave que desde tiempos memorables han permanecido como simples, sin embargo, hoy más que nunca lo simple se vuelve esencial.

 

El aspecto primario de la Vitamina D es fundamental para la absorción de calcio a nivel del intestino y sus deficiencias se asociaban a problemas de osteoporosis. Posteriormente, se le atribuyeron otro tipo de beneficios, incluida la disminución de la cascada de inflamación.

 

Alimentos con Vitamina D: pescados, salmón, sardina, atún, yema de huevo, quesos frescos, suministros de leche, leche de soya, avena, almendras, yogures, champiñones u hongos, ajonjoli, espinaca, almendras, hojas de col, entre otros.

 

Beneficios de mantener normal los niveles de Vitamina D3

 

-Un mejor sistema inmune. No quiere decir que aumenten las defensas, sino que se fortalecen. Al estar fortalecidas menos enfermedades podemos adquirir, y en caso de padecer alguna enfermedad, ésta podrá ser leve o moderada.

-Mantener el equilibrio de la concentración de calcio y fósforo en la sangre.

-Participa en la regulación de la presión arterial.

-Interviene en la síntesis, secreción y acción de la insulina.

-Inhibe la proliferación de células malignas o tumorales.

-En el sistema nervioso central, induce la síntesis de compuestos (neurotrofinas) que tienen efectos neuroprotectores.

-Aumenta la concentración de glutatión (antioxidante) en el cerebro, lo que protege a las neuronas de la toxicidad.

-Se ha demostrado que el grado de protección contra infecciones aumenta a medida que aumentan los niveles de vitamina D.

-Un estudio observacional reportó que valores de 38 ng/mL resultan apropiados para disminuir el riesgo de infecciones respiratorias agudas virales.

-Por otro lado, algunos autores sugieren mantener un nivel de vitamina D de por lo menos 30 ng/mL o incluso mantenerlo en un rango de entre 40-60 ng/mL para reducir los procesos infecciosos.

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