Disney, cerca de perder los derechos de autor de Mickey Mouse en 2024

 

Por: Víctor M. Adames* 

 


 

Mickey Mouse, el famoso ratón de Disney, se convirtió en la imagen de la compañía y fue un referente mundial desde su aparición, en 1928, en una cinta llamada Oswald the Lucky Rabbit. Desde entonces, Disney ha utilizado esta imagen para campañas comerciales que se han convertido en una importante fuente de ingresos. El crecimiento de la compañía en el mundo del entretenimiento es innegable, pues ha absorbido marcas como Pixar y Marvel, pero además, ha dado de qué hablar por sus posturas en cuanto a temas de inclusión. 


Disney, cerca de perder los derechos de autor de Mickey Mouse en 2024
Disney, cerca de perder los derechos de autor de Mickey Mouse en 2024

Es bien sabido que, en materia legal, Disney es casi invencible y es gracias a ello que hoy es conocido como uno de los grandes del entretenimiento. A pesar de ello, en enero de este año la compañía tuvo que hacer de dominio público los derechos de autor de su famoso personaje Winnie the Pooh, tras cumplir su fecha de expiración. Este problema ahora se repite con Mickey Mouse, pues los derechos de uso están próximos a expirar a 95 años de su creación. 

 

Pero ¿cuáles son las consecuencias de esto? En primer lugar, significa que cualquiera puede hacer uso de la imagen sin tener que pagar regalías; esto fue lo que sucedió con Winnie the Pooh, que recientemente protagonizó a un asesino serial en la película de terror Winnie the Pooh: Blood and Horror, dirigida por Rhys Waterfield. En el caso de Mickey, además de que se podría esperar su uso en proyectos muy distintos a lo que se esperaría de Disney, esta situación representaría también una enorme pérdida económica para la compañía, pues desde su creación, este personaje ha inspirado más de 130 largometrajes y series que han disfrutado varias generaciones. 

 

La venta de regalías representa grandes ganancias para las empresas de entretenimiento, que son utilizadas para libros, películas, series animadas y otros productos; pero cada país tiene regulaciones distintas al respecto. En México, por ejemplo, los derechos vencen a los 100 años posteriores a la muerte de los autores. Debido a las leyes en EUA, los derechos sobre el personaje se mantuvieron intactos durante 56 años, pero en 1976 Disney logró que les otorgara una extensión hasta los 75 años y, posteriormente, hasta los 95 años, que se cumplirán en 2024.  

 

El senador Josh Hawley, representante republicano, propuso recientemente un cambio a las leyes para reducir esta protección de derechos nuevamente sólo por 56 años, lo cual afectaría a muchos personajes de la compañía del castillo encantado. Esta propuesta se dio a conocer como una solución al monopolio que simboliza esta multinacional del entretenimiento, pero muchos sugieren que se trata más bien de un intento por censurar la libertad de opinión en cuanto a la inclusión que se ha hecho cada vez más evidente en las películas y declaraciones de Disney. 

 

A pesar de esto, parece haber una salida para la compañía, pues a lo largo de los años, la figura de Mickey se ha modificado varias veces, tanto en su apariencia física como en algunos aspectos de su personalidad, por lo que es posibles que el vencimiento de los derechos de protección sólo aplique a la primera versión del personaje y no a las variaciones posteriores. Esto mismo sucedió con Winnie the Pooh, pues los personajes de la serie no tardaron mucho en ser capitalizados por algunos creativos, sin miedo a represalias económicas y sin necesidad de solicitar un permiso, pero no se trató de una réplica exacta de los personajes originales, pues fueron adaptados para, por ejemplo, la realización de la película de terror. 

 

Será muy interesante ver la salida que Disney tiene pensada para mantener el control legal de su imagen más icónica, pues da pie a repensar en las limitantes del derecho de autor y sus consecuencias económicas para las empresas que se valen de ellos.  

 

 

*Víctor M. Adames  es socio de BC&B, con más de 17 años de experiencia en la práctica de Propiedad Intelectual en las áreas de signos distintivos, derechos de autor y nombres de dominio.   

 

 

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