Admítelo: estás usando IA *

Por Guido Von Der Walde, Head of development y socio de Catorce Días

Cada vez más empresas de marketing y publicidad están recurriendo a la inteligencia artificial (IA) para optimizar tiempos, incrementar la productividad y enriquecer los procesos creativos. Pero, a pesar de que nuestro talento ya está experimentando de manera cotidiana con diversas herramientas como Stable Diffusion, Midjourney, DALL-E, ChatGPT y más, la curva de adopción parecería ser lenta porque muchos ocultan su uso.

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Guido Von Der Walde, Head of development y socio de Catorce Días

Microsoft y LinkedIn publicaron recientemente su Índice Anual de Tendencias Laborales y, tras encuestar a 31.000 personas de 31 países, encontraron que más de la mitad de los trabajadores que utilizan la IA no quieren admitirlo. Esto se debe a que existe un creciente temor al juicio de sus pares y líderes. Al parecer, sienten que podría dar la idea de que están tomando el camino “más fácil”, que son menos valiosos (y, por ende, reemplazables) o, peor aún, un fraude.

Si tú ya estás usando IA y te atacan estos mismos miedos, te voy a decir por qué debes transformar ese estigma en orgullo. Empecemos a despejar estos mitos:

Lo primero que debes quitarte de la cabeza es que apoyarte en IA es como plagiar una tesis… ¿Nos cuesta aceptar acaso que usamos el autocorrector del celular? ¿O que Excel nos ayudó a hacer un cálculo matemático complejo? ¿Un Director de Arte va por la vida diciendo que hizo sus retoques fotográficos a mano, con pincel? Entonces, ¿por qué no nos “atrevemos” a ventilar que para hacer mejor nuestro trabajo usamos CapCut o Copilot, como si estuviéramos haciendo trampa?

Según el FMI, solo el 40% del empleo mundial está expuesto a la IA. Esto significa que eres un early adopter, no un impostor ¡felicidades! En un mundo donde esta tecnología logrará que el conocimiento técnico se democratice exponencialmente en los próximos años, ser de los pocos que ya están explorando estas herramientas es un logro que, sin duda, debes presumir.

De hecho, el estudio que mencioné anteriormente también muestra que hoy 7 de cada 10 líderes preferiría contratar a una persona con menos experiencia con habilidades de IA que a alguien con más experiencia sin ellas.

Por otra parte, la adaptación del proceso mental que requiere una persona para usar la IA de una manera efectiva es tan compleja como admirable. Aún cuando muchas más personas pronto estarán familiarizadas con esta nueva tecnología y la usarán constantemente, no todas la entenderán a profundidad ni le sacarán el máximo provecho en el corto plazo (como ha sucedido con cualquier innovación importante durante la historia de la humanidad). Si eres de los que está empezando a masterizar la IA, nos vas a ayudar a todos a acelerar este aprendizaje. ¡Gracias!

Y esto me lleva a un último punto que, probablemente, es el más importante. La IA por sí sola no es nada, necesita un gran titiritero detrás. 

En todos los casos de éxito en la implementación de IA en marketing y publicidad que he conocido hasta ahora veo dos claves: el prompt y la curaduría de lo que regresa como solución. Es decir, la estrella siempre es la persona, no la herramienta. El copy/paste no nos lleva a ningún lado, se trata de integrar la IA en el proceso creativo, para hacerlo más ágil, amplio y humano. La verdadera magia sucede cuando combinamos la capacidad de la IA para abrir nuestro espectro, potenciar las ideas y optimizar los recursos, con la sensibilidad y el ingenio de la persona que la usa. 

Si la primera revolución industrial se trató de que la producción de bienes dependiera menos del trabajo manual y más de las máquinas, la segunda nacerá de recuperar lo artesanal y conjuntarlo con lo industrial: la perfección de la máquina será interesante siempre y cuando la complementemos con la imperfección del ser humano. 

Mientras la IA aporta la capacidad de generar soluciones basadas en la lógica, el ser humano aporta la creatividad, la imaginación y la capacidad de pensar de manera no lineal. 

La IA puede analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones, pero es el ser humano quien entiende el contexto emocional detrás de esos datos, empatiza con las motivaciones profundas y comprende la necesidades emocionales de las personas.

La IA puede ayudar a anticipar cambios en el mercado, pero requiere de un ser humano que pueda interpretar el contexto, identificar oportunidades y tomar decisiones para ajustar las estrategias en consecuencia. 

Razón y emoción. Practicidad y consciencia. Eficiencia y creatividad. Análisis e intuición.

Estandarización y flexibilidad. La IA y el ser humano siempre serán co-dependientes.
Los expertos creen que, muy pronto, el uso de la IA en nuestro trabajo será obvio. Estamos entrando a la era de la cooperación genuina con la tecnología y cuanto más integremos la IA a nuestras vidas, menos conscientes seremos de su novedad.

Si estás usando IA, eres la punta de lanza de una nueva evolución de nuestra especie. Grítalo a los cuatro vientos, antes de que se vuelva mundana.

*esta columna fue escrita en colaboración con ChatGPT
 

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Revista NEO 297

 


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