Las redes Wi-Fi públicas permiten que todas las personas puedan acceder a sus redes sociales, navegar en la web o consultar los correos electrónicos de manera gratuita, sin necesidad de consumir datos móviles. Sin embargo, los ciberdelincuentes suelen espiar este tipo de conexiones e interceptar datos que se transfieren, obtenido información bancaria o valiosa, así como contraseñas.