A partir de un escaneo de 16 millones de redes domésticas a nivel mundial y 474 075 en México se descubrió que existen nuevas vulnerabilidades en hogares inteligentes, lo cual los convierte en un blanco fácil del cibercrimen.
Estos hábitos podrían convertir a los usuarios en víctimas de usurpación de identidad, hackeo de e-mail o redes sociales, y robo de dinero, entre otros ciberdelitos.