IoT: solución en sistemas de misión crítica

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Por Panchenko Vladimir / Shutterstock

Por Cheryl Ajluni, Líder de Soluciones del Internet de las Cosas, Keysight Technologies

Imagine estas situaciones: un paciente con Alzheimer se escapa sigilosamente de un centro de salud sin que nadie se dé cuenta, o un niño pequeño que está jugando en el patio sin supervisión se marcha y desaparece en un instante. Son situaciones alarmantes que suceden todos los días en todo el mundo. Solamente en Corea, desaparecen 10,000 pacientes con Alzheimer por año.

Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Hace poco, una startup de rastreadores GPS incorporó tecnología inalámbrica a un brazalete conectado al Internet de las Cosas (IoT) diseñado específicamente para personas que sufren de Alzheimer. De esta manera, cuando un paciente abandona un área designada, se envía una notificación a una persona encargada de su cuidado. En los primeros 3 meses de uso, se logró salvar a 26 pacientes. Se trata de un nuevo tipo de producto imprescindible del IoT, y esto es apenas la punta del iceberg.

Para el año 2028, prácticamente todos los objetos en todas partes estarán conectados a Internet. Y los consumidores van a contar con eso, así como también van a contar con que estas “cosas” conectadas sean imprescindibles, es decir, que funcionen siempre según lo previsto, sin fallas.

Los productos del IoT, que alguna vez se consideraron artículos de lujo para el mercado de consumo, evolucionarán y tendrán una batería con una mayor vida útil, y una funcionalidad y un rendimiento superiores. De esa forma, pasarán a formar parte del nuevo conjunto de productos del IoT de misión crítica. Del mismo modo, el IoT de misión crítica —que alguna vez se definió como aplicaciones estratégicas para los sectores industrial, de la salud y de generación de energía— se expandirá para abarcar una gama más amplia de aplicaciones en tecnología vestible y en hogares y ciudades inteligentes, entre otros. Y este cambio ya está sucediendo.

Esta evolución está creando nuevas oportunidades para los fabricantes de productos de todo el mundo. Solamente en el mercado del IoT industrial (IIoT), se espera un crecimiento superior a USD$1 billón para el año 2022, una cifra muy superior a los casi USD$407 millardos registrados en el año 2016. A medida que el IoT de misión crítica se expanda para llegar a nuevos mercados, también se expandirá la magnitud de las oportunidades.

Para las empresas que en la actualidad no están desarrollando productos del IoT de misión crítica, el desafío estará en cómo realizar esa transición. No es tan simple como despertarse un día y decidir comercializar un producto existente para una aplicación de misión crítica.

Conozca sus requisitos
Los productos y las redes del IoT de misión crítica tienen requisitos especializados impuestos por la industria en la que trabajarán. Estos requisitos suelen centrarse en un nivel superior de rendimiento, confiabilidad y seguridad, y con razón. Por ejemplo, una falla en un marcapasos o una interrupción en la conexión de una red que está enviando una alerta crítica de un dispositivo médico vestible a un profesional del sector de la salud podrían ocasionar la muerte de un paciente.

Del mismo modo, un producto del IoT que tenga que funcionar en una ubicación remota o de difícil acceso o que deba estar activo durante períodos prologados sin supervisión podría plantear otros tipos de requisitos no tan vitales. En este caso, puede que sea fundamental disponer de una batería con una larga vida útil (más de 10 años). Sin embargo, cuanto mayor sea la duración requerida de la vida útil de la batería, más tiempo y esfuerzo se necesitarán para optimizar el consumo de energía del producto. También debe tenerse en cuenta la cobertura de la señal, ya que, si hay poca cobertura, la batería se agotará mucho más rápido.

Comprender estos requisitos en su totalidad, y conocer qué impacto tienen en el diseño de un producto es la forma más fácil y rápida de evitar errores costosos. Esto también ayuda a garantizar que el producto y la red del IoT tengan el rendimiento esperado, sin importar la ubicación o el entorno de implementación.