El empoderamiento de las mujeres. ¿Otro cuento de princesas?

Por María Teresa Caso, Académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana

 

No hace tantos años, las mujeres no destacaban en la vida profesional, aquellas que iban a la universidad, sarcásticamente sus compañeros decían que estudiaban MMC (“Mientras Me Caso”) y muy pocas de ellas terminaban trabajando en puestos importantes con un salario menor al de los profesionales masculinos.

Princesas
Imagen: Pixabay.

Las mujeres se quedaban en la casa y el hombre llegaba cansadísimo de trabajar y esperaba que su mujer lo atendiera.

En ese entonces las princesas de los cuentos eran débiles, no muy astutas y debían depender de un príncipe que guiara su “inútil e insignificante” vida. Esto, definitivamente era un modelo a seguir.

Hoy en día, las princesas están dispuestas a vivir aventuras. Son fuertes, independientes y líderes que no necesitan depender de un hombre.  Todo lo contrario. Se han convertido en heroínas capaces de realizar trabajos y hazañas tan grandes y arriesgadas como cualquiera.

Y hay que estar al día.  La Generación Z está cambiando la visión de la equidad de género.  Es importante que las empresas presten atención a que esta generación no tolera la desigualdad.

La forma en la que la Generación Z ve la equidad de género es diferente a las de las generaciones anteriores, y ésta tendrá un rol poderoso en la futura fuerza laboral.   

Aún no hemos llegado al momento en que haya una igualdad total. Los puestos clave actualmente están ocupados por generaciones que no compartían la misma ideología de las actuales por lo que, todavía nos queda un largo camino.

Mientras mujeres marchan y piden una igualdad bien merecida, esperando ser escuchadas, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs), está luchando por una igualdad desde 2015.

De acuerdo con el Pacto Mundial, la brecha salarial entre géneros es de 23%, y, no solo eso, una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual en el ámbito laboral. A la fecha, dos tercios de los países en desarrollo ha alcanzado la paridad de género únicamente en la educación primaria.

Si no hacemos nada, el tiempo para cerrar la brecha de género será mayor a 200 años.   Sin embargo, las empresas socialmente responsables y, sobre todo, aquéllas que forman parte del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, están involucradas en Objetivos de Desarrollo Sostenible que, en la Agenda 2030, en uno de sus ODS, busca el fin de la discriminación hacia las mujeres y eliminar la violencia. Estas empresas pueden poner el ejemplo y fomentar que las mujeres ocupen puestos clave por méritos propios y asegurar la igualdad en el salario y cero tolerancia hacia la violencia.


“Si queremos crear economías más fuertes, lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados internacionalmente mejorar la calidad de vida de las mujeres, las familias y las comunidades, es fundamental empoderar a las mujeres y desarrollar condiciones para su plena participación en la política, la economía, la cultura, los negocios y en todas las áreas del desarrollo”.  

Ana Güezmes, representante en México de ONU Mujeres


Tenemos que seguir trabajando por esa equidad hasta que ya no haya una diferencia entre hombres y mujeres sino, entre talentos. Con todo el trabajo que las Naciones Unidas y otros organismos internacionales están haciendo, ¿Será la Generación Z la que abra el camino y deje una equidad total a la generación Alpha?  Solo el tiempo y nuestro esfuerzo lo dirán.

 

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