Capitalismo de Stakeholders vs Capitalismo de Excelencia

 

Por Samuel Montañez Jacquez, profesor de Finanzas, Facultad de Ciencias Económicas  y Empresariales de la Universidad Panamericana


En años recientes muchas de las empresas más importantes del mundo, incluyendo Twitter, BlackRock o Disney han activamente implementando prácticas de negocios directamente alineadas con objetivos políticos de la izquierda progresista, también conocida como “woke” como se le dice en inglés. Desde las estrategias de censura a posiciones políticas conservadoras impulsadas en la anterior administración de Twitter previo a la adquisición de Elon Musk, hasta inversiones enfocadas en estrategias ASG (A por medio ambiente, S por sociedad y G por gobierno corporativo, o ESG por sus siglas en inglés) y desinversiones en sectores tradicionales como petróleo o minería por empresas líderes de gestión de activos como BlackRock. De la misma forma se han constituido empresas exclusivamente dedicadas a la consecución de cierta agenda política a través de un modelo de negocio, también denominadas empresas sociales o empresas sociales y solidarias.

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Imagen: Pixabay

Por ejemplo, desde fondos de inversión con perspectiva racial o de género que solo invierten en empresas fundadas por ciertas minorías sociales hasta empresas que venden ropa manufacturada exclusivamente con materiales reciclables en pro del medio ambiente. Adicionalmente, muchas empresas de este tipo implementan un mandato ideológico riguroso dentro de la cultura de la organización en línea con la llamada “cultura de la cancelación”. Ha habido ya incontables casos de despido o humillación social a aquellos colaboradores que no empatizan con la visión política e ideológica de la organización.

¿Pero es realmente deseable que las empresas se transformen en actores y activistas políticos? Hay quienes piensan que no.

Por ejemplo, Vivek Ramaswamy abogado y biólogo egresado de Harvard y Yale, fundador de Strive Asset Management, una firma de inversiones enfocada en volverse un referente de capitalismo clásico enfocado en maximizar utilidades para sus accionistas. Popularmente se acuñó el nombre Whitestone a la empresa haciendo referencia a que la firma de inversiones no invertiría el capital con base en objetivos políticos o ideológicos sino puramente financieros a diferencia de BlackRock. Lo que Ramaswamy llama “capitalismo de excelencia”, porque de acuerdo con el emprendedor las empresas deberían enfocarse en ser las mejores en lo que hacen y nada más. Por ejemplo, British Petroleum debería enfocarse en ser la mejor empresa de hidrocarburos y no ser sometida a presiones políticas e ideológicas más allá de la evolución natural de su mercado. El eslogan de Strive Asset Management “Invierte en Excelencia” marca la cultura empresarial que se busca promover alineada al capitalismo clásico. La firma de inversiones fundada por Ramaswamy es respaldada por inversionistas reconocidos como Peter Thiel, el primer inversionista de Facebook y Bill Ackman, uno de los principales hedge fund managers del mundo.

Como el famoso economista neoliberal Milton Friedman dijo “hay una y solo una responsabilidad social de las empresas: usar sus recursos y participar en actividades diseñadas para aumentar sus utilidades”.

 

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Revista NEO 297

 


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