El futuro automotriz está en los servicios de movilidad
Más allá de ofrecer un producto, las marcas automotrices, así como las empresas relacionadas con este mercado, deben enfocarse en ser proveedores de servicios de movilidad donde se integren aspectos como la digitalización, la política, los nuevos modelos de consumo, entre otros.
Para México, la industria automotriz es uno de los principales pilares de la economía: implica una fuente de divisas, genera cerca de un millón de empleos y equivale a un 20% de la manufactura nacional.
Sin embargo, existen cambios que desafían a las empresas automotrices para adaptarse a nuevos valores de negocio como la digitalización, el comercio electrónico, la nueva concepción de autos, la integración de los espacios físico-digital, entre otros factores.
Por este motivo, decenas de expertos se reunieron en la IPADE Business School para dialogar sobre cómo las empresas pueden adaptarse a los cambios. Este artículo es un resumen de los insights que surgieron durante los distintos paneles del IPADE Auto Summit.
1. Valor del automóvil
Como producto, el diseño de los automóviles se ha visto influenciado por tecnologías como la electrificación, la conducción autónoma y la conectividad de las unidades, según explicaron Maru Escobedo, CEO de BMW Group México, y Magdalena López, CEO de Renault México.
En el país, los modelos eléctricos e híbridos han ganado relevancia entre el público, además de que ha aumentado la infraestructura para su manutención. Sin embargo, en conectividad y conducción autónoma aún hay un largo camino por recorrer, tanto en los modelos como en el diseño de las vialidades.
Asimismo, las directivas coincidieron en que el futuro de las marcas automotrices no está únicamente en el producto, sino en el ofrecimiento de un servicio de movilidad. Esto significa que las marcas deben empezar a pensar en las nuevas necesidades del consumidor, que más allá de un bien buscan tener una mejor experiencia de transporte.
“Nosotros como grupo ya estamos trabajando en tecnología y en formas de comercializar diferentes para poder adaptarnos a este cambio”, explica Escobedo. “Nosotros no nada más somos un proveedor de un bien, que es un automóvil, somos también proveedores de bienes y servicios de movilidad”.
“Hay que imaginar el futuro de la movilidad desde redefinir qué significa el concepto de automóvil. En el futuro de ser un dueño de un automóvil será una opción más que una necesidad, porque la necesidad estará centrada en el servicio de la movilidad”, explicó López.
2. Ambiente político
Existen muchos factores políticos que influyen directamente en la producción y distribución de autos. Los más relevantes para México son el nuevo gobierno y la relación con Estados Unidos y Canadá por medio del T-MEC.
Para Javier Tello, analista político, y Enrique Quintana, VP de El Financiero, el presidente electo no tiene una política clara sobre el sector automotor, por lo que la opción para estas empresas es acercarse a los gobiernos locales para establecer una mejor relación.
En este sentido, Quintana prevé posibles pros y contras de la nueva administración Federal: a favor resalta aspectos como certidumbre respecto al T-MEC, crecimiento interno y mejor coordinación del gobierno.
Sin embargo, en contra está el riesgo de desequilibrio en las finanzas públicas, regresión de reformas orientadas a la competitividad, deficiente gestión gubernamental, asignación de recursos a proyectos cuestionables, disparo de inseguridad, concentración del poder e inestabilidad por bajas calificaciones.
3. Industria 4.0
Hablar de la cuarta revolución industrial significa pensar en aquellas empresas que combinan el mundo físico (activos tangibles de una empresa) con el espacio digital (señales virtuales del mundo físico) para crear un modelo de negocio basado en datos.
Esta fue la definición que proporcionó Bruno Juanes, socio de la consultora Deloitte, quien explicó que la Industria 4.0 en el sector automotriz implica cambios tanto en la producción de autos como en el relacionamiento con los clientes.
Desde la perspectiva de Juanes, estos cambios se materializan en aspectos como la importancia de la sustentabilidad, el modelo de autos compartidos, las nuevas modalidades de pago, el uso de materiales novedosos, la electrificación de vehículos, el análisis de datos y, básicamente, en el uso de Big Data, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas.
En el proceso de producción, cada vez hay más robots y herramientas que permiten automatizar procesos y controlar remotamente las operaciones de una planta, todo incluso desde un teléfono celular.
Aunque la Industria 4.0 es prometedora, las empresas deben realizar la transición de manera gradual, es decir, pensar qué procesos se pueden modificar, qué se necesita y se tiene para hacer los cambios, y elaborar un mapa puntual de las acciones a realizar.