Estás aquí… encuéntrale sentido: ¡la presencia y tu felicidad!

Por Roxana Castaños, especialista  en técnicas de crecimiento interior

 

Estamos atravesando momentos muy agitados en los que la mayoría de las personas vivimos acelerados, con prisas, presiones y millones de pendientes que nos mantienen activos, pero muy poco presentes.

Leon

 

No comprendemos muy bien esa relación entre nuestro presente y la muy buscada felicidad, escuchamos del poder del ahora, de la meditación y de lo maravilloso que sería estar relajados y disfrutar de la vida, pero nos quedamos en la idea sin profundizar en lo que todo esto significa.

 

A mí en lo personal me ha tomado años entender realmente de que me sirve la presencia, porque luego parecería que la mera inconsciencia fuera más llevadera, pero ahora entiendo que es completamente real que en la presencia plena radica nuestra verdadera felicidad.

 

En realidad… es lo único que existe, porque todo lo que no estemos experimentando en el momento presente es una mera percepción, producto de nuestra mente.

 

El primer paso para darle ese valor maravilloso a nuestra presencia es hacernos conscientes de que: Solo en este momento tenemos poder, esto es real y muy alentador para querer aprender a estar verdaderamente presentes, porque eso significa que es en este momento donde tomamos decisiones, disfrutamos, nos movemos de lugar, cultivamos nuestra voluntad, observamos, experimentamos y siendo muy específicos y exactos, ¡el momento presente es en el único momento en el que realmente experimentamos nuestra vida!

 

Claro está que podemos experimentar dolor intenso en el presente, cuando estamos pasando por algún duelo o desapego profundo o cuando alguna situación de la vida nos lleva a experimentar una tristeza muy grande…Pero el dolor es pasajero y es parte de la vida, no es ni bueno ni malo, es simplemente parte del cambio constante, de nuestra evolución y de las experiencias que todos vamos transitando que nos fortalecen y nos permiten aprender, evolucionar y echar raíces fuertes que sostienen nuestra vida siendo cada día más capaces y más sabios.

 

Pero el sufrimiento… Este sí que es opcional, y vive en el pasado o en el futuro, o en las ideas y percepciones, es completamente ilusorio y es nuestra responsabilidad dejar de experimentarlo. ¿Cómo?

 

Comprendiendo que la presencia plena y amorosa es el camino que nos conecta con la verdadera felicidad, si nosotros nos mantenemos en el pasado, quejándonos de lo que ya no tenemos o extrañando aquello que ya pasó vamos debilitando nuestras frecuencias energéticas hacia la tristeza, la culpa, la desolación, el vacío.

 

Y si además cuando no estamos en el pasado nos vamos al futuro llenándonos de ansiedad pensando en todo aquello que no hemos logrado, en nuestros deseos y aferrados a nuestras expectativas pues estamos hablando de que nuestro estado de ánimo oscila ente la ansiedad y la tristeza, generando una baja de frecuencia que a su vez estará generando una realidad acorde a su vibración.

 

Y es así como vamos atendiendo nuestra vida presentes y conscientes conectando cada vez más con nuestra intuición y nuestra sabiduría interior, experimentando nuestra vida desde la verdadera felicidad conectados con el amor y la gratitud, elevando nuestras frecuencias hasta lograr generar cada día una mejor realidad.

 

Evidentemente todo esto tiene una clave del éxito y esa es la meditación: El entrenamiento de nuestra mente, aprender a dirigirla para nuestro beneficio. Cultivar el hábito de meditar todos los días es cultivar nuestra presencia y nuestra felicidad.

 

Semejante atrae lo semejante, si queremos manifestar una realidad amorosa, armoniosa y feliz, tenemos que aprender a vibrar ahí… Y una vez más regresamos al ¿cómo?

 

Y la respuesta siempre está en el presente:

  • Agradecer cada momento es magia
  • Respirar conscientes de nuestra vida
  • Observar cada momento desde el amor: Todo es perfecto y todo tiene un plan divino que funciona mágicamente para mi beneficio.
  • Experimento cada momento presente y consciente sin juicios ni expectativas
  • Tomo cada momento como un regalo y me pregunto: Que es lo mejor que puedo hacer con este momento, para mí y para los que me rodean.