Fandoms: Revolución cultural y comercial

 

Por Luis Fabián Ortiz Grageda, profesor de Mercadotecnia de la Universidad Panamericana

 

En mi último artículo (lo pueden leer aquí) hablé sobre los creadores de contenido, su importancia y cómo transforman la manera en que las marcas llevan su mensaje a los consumidores impactando el poder que solían tener las grandes agencias publicitarias. También mencioné que tienen un factor que es la envidia más grande de cualquier marca, agencia o negocio en general: comunidades, tribus o por su término en inglés Fandoms.

 

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Luis Fabián Ortiz Grageda, profesor de Mercadotecnia de la Universidad Panamericana

 

Los Fandoms representan la próxima revolución cultural y comercial. Primero hay que entender que un Fandom es una subcultura compuesta de fanáticos los cuales tienen un sentimiento de empatía y camaradería por otros que comparten un mismo interés. Para entenderlo un poco mejor describo a continuación tres grandes factores que dan vida a estas subculturas:

 

Comunidad: Una audiencia no es una comunidad. Un número exorbitante de seguidores no es una comunidad. Una verdadera comunidad es aquella que agrupa personas con sentido de pertenencia, intereses compartidos, pasiones similares y las dota con la habilidad de interactuar el uno con el otro para fomentar la creación de sus propios vínculos e incluso desarrollar una  cultura propia.

 

Autonomía: Dentro de la comunidad existe libertad creativa y se incentiva a desarrollar y crear iniciativas propias y ser recompensado por ello. Todo mundo puede ser creador. La creatividad está siendo democratizada y poco a poco descentralizada. Las herramientas sin necesidad de código han hecho el acto creativo más fácil y rápido que nunca.

 

Equity: Los Fandoms dan la capacidad a la comunidad de generar ingresos como recompensa de su participación activa, premiando proactividad y creatividad de todos los fanáticos y dándoles entrada a compartir ganancias futuras.

 

¿Por qué esto significa una revolución cultural y comercial?

Porque mientras parece que hoy toda la interacción en internet sucede mágicamente, es el negocio de publicidad digital y sus 200 mil millones de dólares al año1 lo que permite a la maquinaria seguir funcionando. Esto está cambiando. ¿Qué es lo que mantenía este modelo? La incapacidad de compartir libremente información con un certificado de propiedad. Actualmente existe la tecnología que nos permite tener un certificado de propiedad en el mundo digital, es decir, hoy podemos saber quién es el dueño de una imagen no importa cuantas veces sea compartida con un simple ‘copy paste’.

 

Si pensamos en los tres elementos de los Fandoms y los juntamos con este cambio hacia la economía de la propiedad, estamos hablando de cambiar el modelo mediante el cual funcionan las grandes empresas tecnológicas que hoy viven a costa de nuestra privacidad. Significa el empoderamiento de las comunidades, desatando el poder creativo no de personas como individuos sino de miembros de  grupos que fueron en algún momento liderados o agrupados por una figura que es el creador de contenido. Ahí es donde empezarán a jugar un rol determinante en la cultura y la economía en los siguientes años.

 

¿Por qué será más fácil para los creadores de contenido crear Fandoms?

 

El apagón reciente de Facebook, Instagram y Whatsapp, el anuncio de OnlyFans de vetar contenido erótico (decisión que fue revertida) y los modelos de monetización de Youtube están empujando a los creadores de contenido a hacerce independientes, es decir, buscar herramientas que les permitan capitalizar y monetizar a su base de seguidores fuera de las plataformas centralizadas como las redes sociales. Esto significa el cambio de una audiencia a miembros activos que en poco tiempo serán Fandoms.

 

Más profundo a todo esto es el cambio que impulsa la democratización y descentralización del internet. La evolución de la web 2.0 donde lo importante era hacerse viral en plataformas centralizadas a la web 3.0 donde hay que hacerse tribal en espacios descentralizados es clara, innegable e inminente. Para las marcas queda preguntarse qué parte de los tres elementos de los Fandoms pueden y quieren explorar como primer paso hacia la web 3.0.

 

Para los creadores de contenido será clave buscar las herramientas que habiliten el potencial de su comunidad.

El futuro de las redes sociales y su rol en la transformación hacía la descentralización está por verse. Ya empezó Facebook cambiando su nombre a Meta haciendo alusión al metaverso, que es por definición descentralizado. Pero eso lo dejaremos para la siguiente publicación.

 

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