Experiencias de lujo impulsan el mercado tras desaceleración
Con un panorama marcado por la incertidumbre económica y una competencia creciente, las marcas de lujo deben adaptarse y reinventarse para seguir siendo relevantes.
De acuerdo con un estudio reciente desarrollado por Bain & Company en colaboración con Altagamma, el mercado de lujo se encuentra en un punto de inflexión debido a factores macroeconómicos y una creciente polarización entre las marcas experimentada durante el primer trimestre de 2024, en donde se mostró una ralentización en la mayoría de las regiones, registrando una caída en su crecimiento entre 1 y 3% al tipo de cambio actual, en comparación con el mismo periodo en 2023.
Polarización del mercado
Cabe destacar que el desempeño del mercado presenta una variación significativa por región. Europa y Japón han mostrado resiliencia, impulsados mayormente por el aumento en el turismo que ha superado los niveles previos a la pandemia, sumado al beneficio que ha traído a este último el tipo de cambio del yen, volviéndolo atractivo para los turistas de todo el mundo, quienes visitan destinos consolidados como lugares de lujo emergentes en dicho país.
Un caso contrario es China, que atraviesa por una incertidumbre económica, factor que ha afectado la confianza de los consumidores de clase media, generando un fenómeno conocido como "luxury shame", similar al que se observó en EUA durante la crisis financiera de 2008-2009 y, en donde actualmente se vive una situación similar, debido a circunstancias como las elecciones presidenciales y el recorte en las tasas de interés.
“En el caso de México, a medida que el turismo se recupera, vemos un auge en la demanda de servicios de alta gama, por lo que las marcas de lujo en México deben invertir en crear conexiones significativas y ofrecer experiencias memorables a sus clientes, enfocándose en la autenticidad y la sostenibilidad como valores cada vez más apreciados” comenta Marcelo Rodríguez, socio de Bain & Company en México.
Experiencias sobre objetos
A pesar de la desaceleración, el estudio revela un crecimiento en la demanda de experiencias inmersivas, impulsada por el turismo y un renovado interés en la hotelería de alta gama, la gastronomía gourmet y los cruceros de lujo. Asimismo, se observa un notable interés en relojes y joyería, que se perciben como artículos de inversión. Esta tendencia refleja un cambio en la perspectiva del consumidor, orientado no solo a la búsqueda de productos, sino también de momentos memorables que resalten su estatus y estilo de vida.
Las nuevas generaciones y el lujo
El estudio revela que las marcas de lujo enfrentan un dilema: deben equilibrar su enfoque hacia la clientela de alto nivel mientras intentan atraer a nuevos públicos. Este fenómeno se manifiesta en la forma en que las marcas están segmentando sus estrategias de marketing, dirigiéndose a consumidores de diferentes generaciones.
Mientras que los más jóvenes, como la generación Z, muestran una tendencia a retrasar el gasto en lujo debido a la incertidumbre económica, los Baby Boomers y la generación X, siguen liderando el consumo gracias a su mayor poder adquisitivo.
“En un entorno de mercado incierto, las marcas de lujo deben equilibrar su enfoque y replantearse su propuesta de valor para generar estrategias que les permitan tener la capacidad de mantener la lealtad de sus clientes y atraer a nuevos públicos emergentes que les permitan asegurar el éxito a largo plazo” concluye Rodríguez.